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Salvador de Anda, precursor de la avicultura nacional y forjador de instituciones
28 February 2017MÉXICO - Un hombre que vivía para crear, un empresario que creía en compartir, un forjador de instituciones y un funcionario público que trabajó para servir, así fue Salvador de Anda Delgadillo, considerado uno de los fundadores de la avicultura moderna en México, quien siguió activo en su tarea empresarial hasta el último día de sus 99 años.
Originario de Tepatitlán, Jalisco, “Don Salva” tenía un entrañable amor a México, por eso todo lo emprendía pensando en cómo dejar algo para su tierra, su región, su pueblo. “Ese civismo y amor por su patria lo motivó siempre. En estos tiempos está resurgiendo y tomando fuerza un sentimiento de mexicanidad que nos debe provocar el creer que sí podemos hacer grandes cosas”, consideró César de Anda.
Innovador en las instalaciones de producción avícola. A finales de los años treinta, Salvador de Anda Delgadillo comenzó a criar gallinas asociado con su hermano Ramón, pero a la par de esos inicios, sus aves se enfermaban y los jóvenes emprendedores pasaban de una crisis a la otra. “Eso sucedía porque las aves estaban en el piso expuestas a mayor contaminación, entonces pensaron ponerlas en perchas con bebederos de agua potable y comederos donde el alimento no se desperdiciara”, recordó.
Contó que al visitar una granja que administraban los hermanos jesuitas, donde las aves se alojaban en una especie de crujías de madera, idearon cómo fabricar jaulas de alambrón. De tal manera, al cabo de varios años, ellos mismos fabricaban sus instalaciones para seguir creciendo en el número de aves en sus granjas, reporta Informador.
De ahí nació la inquietud de formar una nueva empresa fabricante de implementos avícolas a gran escala para vender regional y nacionalmente. Don Ramón de Anda, su hermano y socio por muchos años, administró la empresa para convertirla en una multiplicadora de emprendedores, constituyéndose como un factor clave del crecimiento de la avicultura industrial de nuestro país.
Cuando menos, la mitad de las empresas avícolas de México cuentan con algún equipo fabricado en las instalaciones de Grupo Industrial de Anda, ahora liderado por los hijos de Don Ramón, mismos que lo han llevado, incluso, a exportar esos equipos al resto de América Latina.
Don Salvador dedicó parte de su vida a impulsar la formación de grupos empresariales; desde los años sesenta y hasta los noventa, fue factor fundamental para la constitución de empresas de proveeduría al sector, como plantas de alimentos balanceados, laboratorios de diagnóstico, fábricas de premezclas vitamínicas, así como cooperativas de comercialización.
Dicen que el ejemplo de los padres vale más que las palabras, pero para Gabriela, su única hija mujer, su progenitor era un extraordinario consejero. La sugerencia que más atesora es el tratar igual a todo el mundo. “Él platicaba con la misma actitud e interés con el trabajador que da de comer a las aves y atiende el ganado que con el funcionario de más alto rango”.
De su forma de ser, subrayó que sabía poner las cosas en perspectiva y era un gran conversador. “Le preguntaban cómo le ha hecho para llegar a los 99 años y decía ‘no le pongo contra a mi mujer’. Trataba de ver lo bueno, por eso le preguntaban cómo le iba y respondía: ‘a todo dar’, y daba una explicación crítica pero resaltaba lo bueno”.
César rememoró que a sus 99 años, su padre seguía al pendiente del negocio, preguntando cómo iban las cosas, saliendo con su mujer a pasear y disfrutando su pasión de ver películas con ella. “Fue un jalisciense muy completo, un mexicano que dejó huella, que aportó ideas y trabajo a su pueblo, así como amistad con atención a su gente. Lo recordamos con todo nuestro cariño, dolió que se haya ido, pero nos dejó una función que cumplir, muy difícil, pero le haremos la lucha”.
Del equipo de redacción de ElSitioAvícola