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Cómo remontar una historia
03 December 2010ARGENTINA - Dos ex empleados de una firma industrial tradicional que quebró en los ‘90 lograron reflotar la producción, que incluye la fabricación de equipos de procesamiento de huevo líquido.
A mediados del siglo pasado (circa 1960), cuando la ciudad de Santa Fe, Argentina tenía una fuerte impronta industrial, los nombres de las compañías eran conocidos por todos. Resultaban familiares los nombres de DKW Auto Unión, Fiat, Plastilit, Tool Research, Cidal, Urvig, Sideral, Carrocerías Varese y una larga lista de empresas que florecieron y crearon puestos de trabajo.
Entre esos nombres se encontraba Meitar Aparatos, fundada en los años ‘40, que se subió al tren de la expansión industrial fabricando bienes de capital para los sectores químico y alimentario. En su momento de mayor fortaleza (década del ‘70) llegó a tener 90 operarios especializados, con departamentos de ingeniería y ventas que sumaban otros 150 profesionales, lo que en conjunto permitía una facturación anual de 15 millones de dólares. En 1992 Meitar Aparatos quebró.
Tras cuatro años de intentos frustrados entre emprendimientos privados e, incluso, una fórmula cooperativa en septiembre de 1996 Elbio Merediz y Juan Carlos Suárez, ex empleados jerárquicos de la organización (comercialización e ingeniería, respectivamente), lograron activar lo que quedaba de la compañía, reporta El Litoral.com.
“La tomamos en alquiler en el juzgado donde estaba radicada la quiebra. Más tarde, se llamó a concurso de venta, que ganó Magger Ingeniería, la empresa que habíamos creado. Adquirimos todos los activos: máquinas, repuestos y accesorios, que estaban absolutamente abandonados”, relatan hoy Suárez y Merediz, directores de la compañía.
El perfil orientado a la industria alimentaria se mantiene aún hoy, pero hubo que enfocar otros ámbitos. “Con el boom lácteo el mercado se saturó de compañías que apuntaban al sector. Buscando nuevos nichos empezamos a explorar con equipos para la industrialización de jugos de frutas, mosto concentrado, miel y huevo líquido, ofertando plantas llave en mano”, relatan.
Hoy por hoy, con sus 20 empleados, el giro total de Magger Ingeniería proviene en 80 por ciento de la venta de equipos para la industria alimentaria. El 20 por ciento restante proviene de incursionar en la industria química, los lubricantes y la fabricación de ácidos.
En el rubro principal (alimentario) los directivos no ocultan su orgullo por dos desarrollos. Uno es el orientado a la producción de miel, sector para el que ya han construido 5 plantas, una en Uruguay.
El otro orgullo son las 4 plantas instaladas en la Argentina para el procesamiento de huevo líquido y una recientemente vendida a Uruguay. “Hasta ahora estos equipos se importaban desde Europa. Son plantas muy especiales porque requieren altos estándares de seguridad sanitaria y la pasteurización se realiza a temperaturas apenas por sobre el cero grado. Es un nicho que está creciendo y tenemos fuertes expectativas para aprovecharlo”, se entusiasman.
Luego agregan: “Tenemos una ventaja estratégica: somos los únicos productores de pasteurizadores que realmente los fabricamos. Exceptuando los motores eléctricos y los instrumentos de automatización, producimos todo los demás. Y también somos los únicos que fabricamos placas de intercambio de calor, que el resto de la competencia compra en el exterior”.
Del equipo de redacción de ElSitioAvícola