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Brasil, Uruguay y Chile piensan a nivel global
25 November 2010ARGENTINA - “Los inversores prefieren hoy desarrollar proyectos agroindustriales en Brasil y exigen una mayor rentabilidad a la hora de destinar sus capitales a la Argentina que en cualquier otro país del Mercosur”, indicó el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA) Hugo Biolcati durante una conferencia ofrecida en el Foro de la Cadena Agroindustrial Argentina.
“El despegue de Brasil está en concordancia con su visión de país y con una clara preocupación por parte del gobierno por posicionarlo como abastecedor de productos agroalimentarios, con políticas estables en el largo plazo, que permitieron su crecimiento, no solo en volumen de producción sino también en cantidad de productores”, apuntó Biolcati, quien estuvo acompañado por el titular de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) Mario Llambías.
El Foro de la Cadena Agroindustrial Argentina es una alianza conformada por las principales entidades que representan a productores agropecuarios, proveedores de insumos y equipos, industria alimentaria, transporte, comercializadores y exportadores de granos y carnes, reporta CampoLíder.
“El crecimiento agropecuario de Brasil está sólidamente apoyado en políticas públicas que se idearon y ejecutaron independientemente del color del partido gobernante y con una gran interacción entre el sector público y privado. Y los números están a la vista: en la última década, Brasil triplicó sus ventas externas, y las exportaciones agropecuarias fueron responsables, en 2009, del 42% del total. Además, su producción de granos aumentó casi 80% en diez años. Brasil es hoy el principal exportador mundial de carne vacuna y etanol, y se destaca en ventas externas de un amplio abanico de productos agropecuarios. Nuestra imagen, en cambio, se ha visto altamente deteriorada como proveedor confiable en los mercados internacionales como consecuencia de las continuas trabas a las exportaciones”, explicó.
“Si China continúa creciendo a las mismas tasas, generará dentro de cinco años la misma riqueza anual que los EUA. Esto, sumado al crecimiento de la India y de África, significa una enorme oportunidad para los países que elaboran productos agropecuarios. Brasil, Uruguay y Chile así lo entendieron. Pensaron a nivel global y están creciendo en consecuencia”, agregó
“La falta de visión estratégica y la imposibilidad de concebir un horizonte de largo plazo por parte de quienes nos gobiernan ha generado una incertidumbre de tal magnitud que sorprendimos al mundo retrocediendo en las actividades ganaderas y agrícolas: el área sembrada fue la menor en más de 100 años, se destruyeron los mercados y se produjo la liquidación de 10 millones de cabezas de ganado llevando al desarraigo a cerca de 60 mil productores”, indicó Biolcati.
“El campo ha dado sobradas muestras de su capacidad de innovar en sus sistemas de producción, incorporando nuevas tecnologías de siembra, cosecha y comercialización, generando un salto productivo, con capacidad para crear más empleo y desarrollo en todas las localidades del interior. Lamentablemente esta visión no ha sido compartida por el gobierno. Su miopía le ha impedido enfocar un horizonte de crecimiento sostenible, y es por eso que se falsean los indicadores más relevantes de la economía, como la inflación, el PBI, los indicadores de pobreza e indigencia y el empleo”, dijo el titular de la SRA.
“Y ahora, bajo el marco de un pomposamente denominado Plan Estratégico Agroalimentario, se pretende legitimar las mismas políticas que han llevado a la quiebra a miles de productores ganaderos y que generaron despidos en la industria frigorífica; políticas que también llevaron al desarraigo a pequeños y medianos productores trigueros, a quienes todavía no se les devolvieron las retenciones de la campaña pasada. Simultáneamente se mantienen los cupos de exportación al trigo y al maíz que, sean más grandes o más chicos, anulan la competencia y permiten al mercado interno y a la exportación aprovechar esa circunstancia y pagar más de 30 dólares por debajo del FAS teórico, en una transferencia de recursos para beneficio propio”, agregó.
“Con la complacencia de los integrantes de nuestra propia cadena de valor, se busca legitimar políticas que en el presente ciclo restarán ingresos a los productores de trigo y maíz por alrededor de 900 millones de dólares debido al cierre de las exportaciones y la intervención a los mercados. Estas políticas ahuyentan la inversión, restan competitividad y fomentan la concentración”, apuntó.
“Nosotros, en cambio, visualizamos un país que en los próximos 10 años pueda superar las 135 millones de toneladas de cereales y oleaginosas. Un país en el que un impuesto distorsivo como las retenciones tenga un horizonte de disminución hasta su total desaparición.
Y para esto necesitamos una política que mejore la eficiencia del transporte, que genere mayor complementación y competencia para favorecer especialmente a las economías más alejadas de los puertos y a las zonas marginales”, concluyó Biolcati.
Del equipo de redacción de ElSitioAvícola