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COLOMBIA - El tránsito de una ley que le abre las puertas de los galpones avícolas a personas no calificadas y desconocedoras de la zootecnia para que decidan sobre el manejo de las aves.

El proyecto que tiene preocupados a los avicultores es el Estatuto Nacional de Protección de los Animales que ya fue aprobado en Cámara en octubre del año pasado.

Algunos articulados del proyecto fueron recogidos por la revista gremial Avicultores y que, según los avicultores, podrían poner en 'jaque' el trabajo que hoy realizan en las granjas avícolas, reporta El Meridiano de Córdoba.com.co.

La iniciativa determina (Artículo 2) que "los animales tendrán en todo el territorio nacional especial protección contra el sufrimiento y el dolor, causados directa o indirectamente por el hombre", y establece las siguientes conductas sancionables para quienes incurran en crueldad contra los mismos:

1. Lesionar o causar sufrimiento injustificado a un animal.
2. No otorgar las condiciones de alimento, descanso y vivienda necesarias para la subsistencia de un animal.
3. Utilizar animales de trabajo sin las condiciones de salud, edad, alimentación y descanso necesarias, así como no proveerlo con el equipo adecuado para la labor que desempeña.
4. Entrenar animales para que ataquen o causen daño entre ellos.
5. Realizar prácticas de sacrificio sin conocimiento de principios de eutanasia y muerte sin sufrimiento.
6. Privar de aire, luz, alimento, movimiento, espacio suficiente, abrigo, higiene o aseo, tratándose de animal cautivo, confinado, doméstico o no.

A los avicultores les preocupa entre otras cosas: Las interpretaciones que se les puedan dar a los numerales e y f (en esta lista), por parte de las instancias o personas que se van a encargar de hacer cumplir la ley.

Los productores de los 300 municipios donde hoy se concentra la actividad avícola se crispan con solo saber que personas sin conocimiento y criterio suficiente vayan ahora a decidir, por ejemplo, sobre la densidad de pollos por metro cuadrado o el número de ponedoras por jaula, movidas, en el mejor de los casos, por un simple sentimiento altruista o porque sencillamente les parece que "hay hacinamiento" en los galpones.

El mismo problema se verá con toda seguridad en las plantas de beneficio de pollo, cuando alguien le parezca "cruel " la manera como se sacrifican estas aves, lo que puede terminar en el cierre de dichos establecimientos, con un gran daño para la industria avícola y la economía local, cuando en realidad, aquí o en cualquier parte del mundo, el padecimiento de estas es mínimo. El Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) es la autoridad que en el país tiene, entre sus funciones, la vigilancia del bienestar animal en las plantas de beneficio y mataderos.

A la industria avícola le preocupa que entidades protectoras de animales vayan a tener la facultad de realizar veedurías en granjas y mataderos "para instaurar ante la autoridad competente la denuncia respectiva cuando hubiere lugar a ello".

Dicen los avicultores: los autores de la iniciativa y el Congreso no deben perder de vista que una cosa es establecer si una mascota o un caballo de tiro es objeto de malos tratos (lo que puede hacer cualquier miembro de una asociación defensora de animales) y otra bien distinta señalar a una empresa avícola de "maltrato animal".

Del equipo de redacción de ElSitioAvícola

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