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Uso de vacunas de salmonela de bacteria viva: protección
24 August 2011En general, está ampliamente aceptado que las vacunas vivas de salmonela son más eficaces contra la infección intestinal y sistémica que las vacunas inactivadas.
Foto cortesía de ISP
Esto lo indicó el Dr. Horacio Raúl Terzolo, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Argentina, durante el Seminario Internacional Sobre Samonellosis Aviar, evento realizado en Rio de Janeiro, Brasil en junio de 2011. Esta es la segunda parte de una serie de dos artículos.
Necesitamos proteger a los pollos durante el período posterior a la eclosión. La infección en pollitos muy jóvenes siempre está acompañada por un alto nivel de contaminación del medio ambiente y por una rápida transmisión y difusión de las salmonelas a través de la contaminación del ambiente.
Por lo tanto, debemos disponer de un arsenal biológico capaz de conferir una resistencia precoz a la infección y así proteger a los pollitos durante el período posterior al nacimiento.
Además, este arsenal debe ser capaz de mantener una protección a largo plazo, ya sea durante las primeras semanas de vida en pollos de engorde o bien durante un período mucho más largo en las gallinas ponedoras o aves reproductoras. Por lo tanto, la estrategia principal es evitar la entrada temprana de las salmonelas.
Vacunación de reproductoras
La administración parenteral de vacunas inactivadas a las aves reproductoras induce una fuerte producción de anticuerpos. Estos anticuerpos se transfieren a la descendencia a través del huevo.
Por ello, la vacunación de las aves reproductoras produce un alto título de anticuerpos maternales para sus progenies de pollitos, aunque solo persiste durante las primeras 3 a 4 semanas de vida.
Estos anticuerpos específicos tienen un efecto protector contra la colonización intestinal de Salmonella durante los primeros días después de la eclosión, aunque esta inhibición es baja como ha sido demostrado en pruebas de desafío realizadas con cepas patógenas.
Por lo tanto, la vacunación temprana de las aves es crucial, ya que da lugar a un mayor aumento de la resistencia antes de que los animales sean capaces de adquirir una flora intestinal que los proteja.
La vacunación precoz tiene el inconveniente de que los pollitos muy jóvenes son inmunológicamente inmaduros. Sin embargo, la administración de vacunas vivas contra Salmonella en pollitos recién nacidos no solo es capaz de inducir una respuesta inmune adaptativa o innata, sino que también es capaz de conferir un alto grado de resistencia dentro de las 24 horas después de la vacunación oral.
Esta protección está dirigida a disminuir la colonización así como la invasión de tejidos contra cualquier desafío de serovariedades serológicamente relacionados con las cepas vacunales.
Vacunación de pollitos
En general, está ampliamente aceptado que las vacunas vivas de em>Salmonella son más eficaces contra la infección intestinal y sistémica que las vacunas inactivadas.
Una de las ventajas de algunas vacunas comerciales que se basan en cepas mutantes de S. enteritidis y S. typhimurium, es la posibilidad de poder vacunar a muy temprana edad, ya sea por vía oral a pollitos de 1 día de vida cuando llegan a la granja o inclusive por spray de gota gruesa en la misma planta de incubación.
Cuando una cepa mutante de Salmonella es administrada por vía oral a pollitos de 1 día de edad, en cuestión de horas las aves están protegidas contra la infección causada por la misma serovariedad o serovariedades que están estrechamente relacionadas con la cepa vacunal.
Si consideramos que los pollitos de 1 día de vida son inmunológicamente inmaduros, dado que a esa edad solo tienen unas pocas células linfoides en su tracto intestinal y no son capaces de secretar IgA en la luz intestinal hasta la tercera semana de vida, ¿cómo es entonces posible que estos pequeños polluelos puedan estar protegidos tan pronto?
Esto se debe a un mecanismo de inhibición de la colonización o la exclusión competitiva ejercida por la cepa vacunal contra una cepa de tipo salvaje que pertenece a la misma serovariedad de la cepa vacunal o bien a otra serovariedad distinta aunque estrechamente relacionada por compartir un antígeno “O” que es similar o igual al de la cepa vacunal.
* "Debemos disponer de un arsenal biológico capaz de proteger a los pollitos" |
Pruebas de desafío
Para determinar la eficacia de cualquier vacuna se deben realizar ensayos de desafío para así poder evaluar su desempeño. Una de las primeras cuestiones que debe abordarse es la determinación de una dosis estándar de desafío correspondiente a la cepa de tipo salvaje que se utilizará para el desafío, puesto que la patogenicidad disminuye después de pasajes in vitro o aumenta después de pasajes in vivo.
Las tasas de mortalidad pueden ser utilizadas para evaluar la protección de los animales que han sido vacunados y los que permanecen sin vacunar (controles) pero estos datos solo se obtienen cuando los desafíos son llevados a cabo con S. gallinarum en aves de cualquier edad o bien con S. enteritidis o S. typhimurium, pero solo en aves menores de 3 días de vida.
Por lo tanto, generalmente se incluyen criterios adicionales en la prueba de potencia para evaluar vacunas utilizando los resultados de los análisis microbiológicos, ya sean cuantitativos o cualitativos, de contenidos cecales, hisopados de cloaca y diferentes muestras de órganos internos y tejidos de las mucosas.
Este enfoque estándar es el que se acepta para evaluar la protección ya que actualmente no existen otros métodos fiables, como por ejemplo correlacionar la respuesta de anticuerpos a un índice de protección contra estas bacterias.
Los ensayos de inoculación experimental tienen que ser complementados con estudios de campo o semi-campo para así evaluar las vacunas en las reales condiciones de manejo e higiene que se llevan a cabo todos los días en las granjas.
Duración de la inmunidad
La duración de la inmunidad de las vacunas inactivadas es más larga que la de las vacunas vivas. A fin de lograr un efecto de refuerzo o “booster”, las vacunas inactivadas siempre deben ser administradas en dos dosis separadas por un intervalo mínimo de 3 a 4 semanas.
En estas condiciones, la protección tendrá una duración de 7 meses a 1 año, dependiendo del tipo de vacuna y los adyuvantes que contenga la bacterina. Lo ideal es que la última dosis sea administrada al menos 3 semanas antes del período de postura.
Por otro lado, las vacunas vivas confieren una protección mucho mejor contra el desafío de una cepa de tipo salvaje de una serovariedad idéntica o similar, aunque hay que señalar que esta protección es mucho más corta que la de las vacunas inactivadas.
Por ejemplo, se ha demostrado que las vacunas atenuadas de S. enteritidis, S. typhimurium y S. gallinarum cepa 9R ejercen casi ninguna protección después de 3 meses de la última vacunación.
Además, después de la primera dosis administrada a pollitos de 1 día de vida, con las vacunas vivas basadas en cepas mutantes, sean éstas S. enteritidis y/o S. typhimurium, se ha demostrado que las revacunaciones debe administrarse a más tardar a la 6a y a la 18a semana de edad.
* "Los ensayos de inoculación experimental tienen que ser complementados con estudios de campo" |
Combinación de vacunas vivas y muertas
Se pueden adoptar distintos planes de vacunación según las vacunas que se disponga y según el grado de desafío y el tipo de Salmonella al que las aves se expongan.
Antes de decidir cuál será el tipo de vacuna o de vacunas que se utilizarán y cuál será el calendario de vacunación que se seleccionará, debe considerarse el tipo de ave, el tipo de explotación, el estado edilicio y de los implementos, el estado sanitario y las condiciones de manejo y bioseguridad de la granja.
El concepto es que la vacunación efectuada con una cepa atenuada de Salmonella por el agua de bebida imita la vía natural de infección oral y provoca una rápida y adecuada protección por exclusión competitiva y activación del sistema de inmunidad innata y más tarde por desencadenamiento de la inmunidad de mucosas, de la celular y de la humoral.
Solo unos pocos días después de vacunar por vía parenteral se estimula la producción de anticuerpos. Con el fin de reforzar y estimular más rápidamente la inmunidad humoral, las vacunas vivas también se pueden administrar combinando las vías oral y parenteral.
De esta manera, además de la inmunidad de las mucosas y la celular que brindan espontáneamente las vacunas vivas administradas por vía oral, al mismo tiempo puede ser obtenido un mayor nivel de anticuerpos circulantes ya con las primeras dosis inyectables de la vacuna viva atenuada.
En casos de una alta exposición a la infección se puede administrar una misma vacuna atenuada combinando simultáneamente las vías oral y parenteral o sea administrando ambas dosis al mismo tiempo.
Vacunación de ponedoras
En las gallinas ponedoras los planes de vacunación que incluyen una combinación de una vacuna viva atenuada administrada por asperjado, agua de bebida y/o inyección seguida por una vacuna inactivada administrada por vía parenteral, han demostrado ser muy eficaces.
Por ejemplo, lo ideal es disponer de una vacuna viva atenuada que pueda ser administrada muy precozmente, por ejemplo por aspersión apenas las aves eclosionan en la misma planta de incubación o sino por vía del agua de bebida apenas las aves llegan a la granja.
Luego estas aves pueden ser revacunadas con misma cepa atenuada por vía oral a la 6a semana de vida seguida, por ejemplo, de dos dosis de una vacuna inactivada administrada por vía parenteral, subcutánea o intramuscular, ambas dosis separadas entre sí por un periodo de 3 a 4 semanas, teniendo cuidado de que la última dosis se inyecte 3 semanas antes del pico de postura.
Otra combinación es la administración de solo 3 dosis de una vacuna viva atenuada, administrando la última dosis a las 16 semanas de vida y, en ese caso, esta última dosis de la vacuna viva atenuada puede ser administrada por vía parenteral.
Cuando se sigue un plan en el que solo se usan vacunas vivas atenuadas sin emplear ninguna vacuna inactivada y cuando tampoco se administra esa misma vacuna viva en forma inyectable, según el grado de exposición de la granja, puede resultar necesario combinar este plan con dosis orales de refuerzo de la vacuna viva cada 3 meses durante el periodo de postura.
También son efectivos los planes de vacunación que combinan 3 dosis de una vacuna atenuada (1er día, 6a y 16a semanas de edad) con 1 dosis de una vacuna inactivada que debe ser administrada 3 semanas antes del pico de producción de huevos.
Finalmente hay que considerar que plantear esquemas de vacunación en las gallinas ponedoras de América Latina es más complicado que en otros países de Europa o América del Norte, debido a la que tifosis aviar frecuentemente se presenta al mismo tiempo que la paratifosis en una misma granja.
Por lo tanto, los programas de vacunación deberían incluir cepas de S. enteritidis, S. typhimurium y S. gallinarumen las vacunas vivas y/o inactivadas.
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La primera parte de este artículo se encuentra en: Uso de vacunas de salmonela de bacteria viva: objetivos
Agosto 2011