Estados Unidos decretó una emergencia agropecuaria en 26 de sus 50 estados como consecuencia de la grave sequía que atraviesa y que ha provocado aumentos del 50% en los mercados de la soya y del maíz.

El 63% de las tierras cultivables del país sufren sequía entre moderada y extrema, según el Centro Nacional de Combate a la Sequía.

La emergencia anunciada es la más grave tomada por el Departamento de Agricultura en toda la historia del país. La medida tiene vigencia desde el 14 de julio y afecta a un tercio de los condados que hay en el país, que ahora son considerados como "zona de desastre natural".

Gracias a la declaración de emergencia, los agricultores de esas áreas tendrán acceso a préstamos más baratos para poder enfrentar mejor la sequía.

El año 1988 fue la última vez que el país experimentó una sequía de esta magnitud.

El jueves pasado, el gobierno de EUA recortó en un 12% sus expectativas para la cosecha de maíz, tras anunciar hace menos de dos meses que sería una cosecha récord. La sequía, que ya lleva más de dos meses, no da muestras de detenerse en algunos estados, aunque en otros ya ha comenzado a llover.

Las cifras mensuales del Departamento de Agricultura (USDA) demostraron que habrá un recorte de 4,84% en la soya, al pasar la previsión de cosecha de 87 a 83 millones de toneladas. Lo más importante vino por el lado del maíz, que lleva hasta la fecha una baja de 12,3%; la estimación bajó desde los 375 millones a los 329 millones de toneladas.

Expertos en climatología no ven cambios positivos en los pronósticos a corto plazo: el clima permanecerá muy caluroso y sin lluvia en el Medio Oeste. Por eso creen que los pronósticos del USDA de la producción de maíz y soya seguirán bajando.

La pregunta es: ¿la sequía en EUA beneficiará a miles de productores agrícolas latinoamericanos? Aunque algunos analistas ven a la situación como una gran oportunidad para las zonas productoras de granos en Latinoamérica, la realidad es que muchos países de la región importan los granos de EUA para el sector agropecuario y los altos precios resultarán en costos de producción mucho más altos.

El aumento en el precio de la soya y el maíz que está a punto de superar los máximos históricos, provocará graves e impredecibles consecuencias en Oriente Medio, África y algunos países asiáticos hacia fin de año, que es para cuando se cree impactará en las economías domésticas.

Por otra parte, puede representar una bendición para los países del Mercosur, seriamente golpeados ya por la crisis europea y su impacto en China.

En EUA la falta de suministro de maíz, utilizado principalmente para la alimentación animal y el combustible, puede afectar a carteras de los consumidores pero no en un futuro previsible.

Tomará tiempo que se sientan los efectos en la economía estadounidense. Lo que podría suceder, dicen los expertos, será que los costos más altos de los alimentos balanceados podrían reducir la cantidad de carne de cerdo, vacuno y aves que se produce y que aumentará el precio de los cárnicos a través de reducción de la oferta.

La producción de maíz norteamericano representa el 50% de la oferta mundial y de ahí el impacto sobre los precios. Mientras que la soya es solo el 30%, la mayor parte es cubierta por Brasil, la Argentina y Paraguay. De todas formas, los precios de la soya también han aumentado dramáticamente.

Chris Wright