Existe mucha oposición al proyecto de ley del huevo, que establecería las normas federales de espacio mínimo por gallina, debido al precedente que establece para toda la agricultura animal. Lo interesante es que los productores de huevo están a favor de la ley, mientras que son los otros sectores agropecuarios los que están en contra.

La ley del huevo originó como un acuerdo entre los Productores Unidos de Huevo (UEP), una cooperativa de productores de huevo de EUA y los activistas de derechos animales. Ahora, ha sido propuesta como ley federal, que se presentó formalmente en el Senado de los EUA a finales de mayo.

Ahora llega la batalla política para ver si esta propuesta se aprueba o rechaza como ley.

La ley prohibiría la producción de huevo en jaulas convencionales pero permitiría el uso de las jaulas enriquecidas (jaulas de colonia) u otros sistemas alternativos de producción en un periodo de 15 años.

Todo esto surgió porque los productores de huevo estaban cansados de pelearse con los grupos de derechos animales y no querían una repetición de lo que ocurrió en el estado de California, donde por voto popular se han prohibido las jaulas convencionales desde 2015. Entonces, la UEP calculó que es mejor tener estándares nacionales que batallar por separado en todos los estados del país.

Entonces, al parecer fue una buena idea por parte de los productores de huevo, que garantiza el uso de las jaulas de colonia, algo que realmente no le gusta a los grupos de derechos animales. Aunque, para ser honestos no todos los avicultores están a favor de esta ley.

La oposición más vocal a la ley propuesta la están llevando a cabo los otros sectores agropecuarios. La semana pasada estuvo presente en la Expo Mundial Porcina en Iowa y participé en una rueda de prensa de la Asociación Nacional de Productores de Cerdo en la cual se discutió a fondo la ley del huevo. Los productores de cerdo están muy enojados por la ley del huevo y han prometido hacer todo lo posible para asegurarse de que nunca se apruebe.

Los productores de cerdo tienen el temor de que si aprueba la ley, se establecería una norma federal que podría utilizarse entonces para la regulación de otros sectores agropecuarios.

Si esta ley pasa, sería la primera vez que el Gobierno de los EUA establece normas de tamaño para la cría de animales.

No son solo los productores de cerdo, sino también la comunidad agrícola del país la que se opone al proyecto de ley del huevo. La asociación de productores de pavos, así como la unión nacional de granjeros, se encuentran entre los muchos grupos en contra.

Los porcicultores se preocupan de que la ley del huevo afecte a la oferta, los precios y costos de producción de huevo. La UEP ha dicho que el cambio aumentaría el costo de producción de huevo, pero solo un poco. Sin embargo, como señalaron los porcicultores, la prohibición de las jaulas convencionales en Europa este año redujo la oferta y aumentó el precio del huevo de manera significativa.

Otra de las preocupaciones es que la ley daría como resultado la desaparición de muchos pequeños productores, porque no serán capaces de afrontar los costos de la conversión.

Los porcicultores consideran que la elección del productor y el consumidor es el camino a seguir, no la legislación federal. Se debe dejar que los productores opten por producir de la manera que quieren. Si un productor quiere producir huevos en jaulas acondicionadas o al aire libre, esa es su elección y su desafío para encontrar los mercados para sus productos. Pero el Gobierno no debe obligar a los productores a producir con un determinado sistema.

Los consumidores también deben ser capaces de elegir qué tipo de huevo quieren y qué precios están dispuestos a pagar. Cuando se regula el sistema de producción, se eliminan algunas opciones para los consumidores. En el caso del huevo, se eliminaría el huevo más barato posible.

Los productores de cerdo concluyeron al decir que intensificarán sus esfuerzos de comunicación contra la ley del huevo.