OIE planta cara a la resistencia a los antimicrobianos
El lunes 16 de noviembre de 2015 comenzó la primera Semana Mundial de Sensibilización sobre los Antibióticos, organizada por la Organización Mundial de Sanidad Animal.
Durante una semana, hasta el 22 de noviembre, la prioridad será concienciar acerca de las buenas prácticas en el uso de los antibióticos para reducir los riesgos de aparición de bacterias resistentes a los mismos y preservar la eficacia de estos fármacos.
La OIE señala que desde hace más de diez años, trabaja activamente para promover un uso adecuado de los antibióticos en los animales y ha publicado normas internacionales sobre el tema en colaboración con su red de expertos de todo el mundo. Estas normas, que se actualizaron en mayo de 2015, las ha adoptado la totalidad de los 180 Países Miembros, que deben aplicarlas en sus respectivos territorios nacionales.
La resistencia a los antimicrobianos es el término que se emplea para describir a los microbios que se adaptan hasta ser resistentes a los antibióticos que antes ofrecían un tratamiento eficaz contra ellos.
El término tiene que ver con las bacterias, hongos, virus y algunos parásitos que se han estado controlando gracias al desarrollo de un arsenal de tecnología antimicrobiana desde los años 40. Sin embargo, el problema predominante está en las bacterias.
Una vez que la bacteria se hace resistente, la reproducción posterior se traduce en que los genes resistentes pasan a la siguiente generación de bacterias.
El problema reside en que las bacterias están desarrollando la resistencia a los antibióticos a mayor velocidad que se desarrollan nuevos antibióticos para tratarlas eficazmente.
Con motivo de la celebración de la primera Semana Mundial de Sensibilización sobre los Antibióticos, la OIE ha evaluado en más de 130 países la calidad de los sistemas zoosanitarios nacionales, incluidos los Servicios Veterinarios.
La Organización señala que más de 110 de los países evaluados todavía no disponen de legislación relativa a las condiciones necesarias para la importación, la fabricación, la distribución y el uso de productos veterinarios, incluidos los antimicrobianos. En algunos casos, dicha legislación es totalmente inexistente. Y cuando la hay, a menudo no se aplica debidamente porque no se dispone de unos fondos públicos que permitan aplicar controles.
La OIE indica el riesgo que supone que en estos países, todo el mundo pueda acceder libremente a los antimicrobianos, e incluso, que sean antimicrobianos adulterados, y que posteriormente se empleen sin control en animales, por parte de personal sin formación.
Además, la OIE señala que en cuanto a la prevención de la resistencia a los antimicrobianos en los animales (y las correspondientes ventajas para la salud pública) es probable que la adopción de disposiciones efectivas sea larga, difícil y controvertida, por no decir ilusoria, aunque algunos países y regiones ya son muy cautelosos.
La resistencia a los antimicrobianos supone un reto para todos los países del mundo. Es un importante desafío porque está en juego no solo la salud animal de todas las especies, sino también la del propio ser humano.
Es por eso que la Organización Mundial de Sanidad Animal proporciona diferentes herramientas para afrontar este desafío. Entre ellas, proporciona formación a los Puntos Focales nacionales designados por los Países Miembros y crea redes para que puedan elaborar y modernizar la legislación relativa a la producción, la importación, la distribución y el uso de productos veterinarios.
Por otro lado, también recomienda políticas para que los veterinarios cubran unos mínimos geográficos, con el fin de garantizar la vigilancia zoosanitaria, además de proporcionar normas y programas para mejorar la calidad de la formación veterinaria a nivel mundial, también en los ámbitos de la microbiología, la farmacología y la ética.
También la OIE proporciona una norma sobre la creación y el funcionamiento de los Organismos Estatutarios Veterinarios nacionales y regionales, a los cuales la ley y la delegación del Estado otorgan los poderes necesarios para supervisar las cualificaciones, las normas éticas y la excelencia profesional, así como para despedir a aquellos cuya conducta sea inapropiada.
Por otro lado, la resistencia a los antibióticos no es un problema que solamente deba abordarse desde los diferentes sectores de producción animal. Es por eso que la Organización Mundial de la Salud (OMS) también participa de esta iniciativa mundial sobre la concientización sobre los antibióticos.
La OMS ha realizado una encuesta en varios países que muestra malentendidos generalizados del público acerca de la resistencia a los antibióticos. Esta encuesta señala algunas de las prácticas, las brechas en la comprensión y las ideas equivocadas que el público general tiene hacia qué es la resistencia a los antibióticos y cómo se deben emplear adecuadamente.
Además, la OMS ha lanzado una nueva campaña, “Antibióticos: manéjalos con cuidado”, una iniciativa mundial para mejorar la comprensión del problema y cambiar la manera en que se usan los antibióticos.
Está en mano de todos que podamos seguir contando con los antibióticos como un recurso para tratar las enfermedades infecciosas que afectan tanto a las especies ganaderas de las que nos alimentamos, como a nosotros mismos. Es importante que el uso de los antibióticos sea responsable y prudente, de otro modo, perderemos un poderoso aliado de la salud animal y de la salud humana.
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