La política de la influenza aviar
Ahora que ha pasado la fase crítica del brote de influenza aviar altamente patógena H5N2 en Estados Unidos, es decir que no hay brotes nuevos y parece estar bajo control, los comentarios de la prensa y representantes del gobierno han tomado un aspecto político. Este brote de H5N2 resultó en la muerte o el sacrifico de 48 millones de ponedoras y pavos.
Se han reanudado varios antiguos debates: ¿se deben hacer pagos compensatorios a los avicultores afectados?, ¿se deben eliminar las granjas industriales? y ¿el brote de influenza en aves representa un peligro para los humanos?
Comencemos con lo que en realidad es la primera pregunta que hace el público cuando hay un brote importante de enfermedad animal: ¿representa un peligro para los humanos? En un estudio recién publicado, el Centro de Control de Enfermedades de EUA (CDC, por sus siglas en inglés) indica que los virus de influenza aviar H5N2 y H5N8 que actualmente circulan en el país no presentan un gran riesgo para la salud humana. A diferencia de estos mismos virus que circulan en Asia, los virus en EUA no pueden infectar a los humanos ni diseminarse entre personas fácilmente.
En cuanto los aspectos más políticos, el costo del brote y la remuneración de los avicultores afectados, el Gobierno federal acaba de anunciar que planea pagar US$ 191 millones a los avicultores que tuvieron pérdidas de aves debido a la influenza aviar. Esto además de los casi US$ 700 millones ya gastados en la limpieza y eliminación de aves muertas y la desinfección de los galpones. Aún más, el Departamento de Agricultura de EUA (USDA) planea pedir al Congreso que considere un programa avícola contra desastres que sea similar al que existe para agricultores.
No es gran sorpresa, entonces, que este anuncio del Gobierno ha recibido muchas críticas por varios diferentes grupos, desde esos grupos que quieren que el gobierno reduzca sus gastos, toda la gama en medio, hasta llegar a los grupos de derechos animales. Por una parte, se argumenta que los avicultores conocen los riesgos sanitarios de criar aves y que no es la responsabilidad de los ciudadanos del país pagarles (por medio de los impuestos) por sus pérdidas, aunque estas sean catastróficas.
Además se dice que al solo tener estas enormes granjas con millones de aves y no estar diversificados, no es una buena práctica económica por parte de los avicultores por si acaso se experimenten pérdidas desastrosas.
En cuanto a los grupos de derechos animales, la crítica es que si se eliminan las granjasindustriales, especialmente los sistemas de jaulas para ponedoras, este brote no hubiera sido tan desastroso. Los Productores Unidos de Huevo (UEP, por sus siglas en inglés) responden que la primera granja de ponedoras afectadas fue una granja de aves de pastoreo, y que la diseminación del virus no tiene nada que ver con el tipo de alojamiento que se utiliza.
La industria avícola a nivel mundial tiene mucho en común en la forma en la cual se organiza y las experiencias del sector con la influenza aviar. Aunque en este caso los Estados Unidos fue el país afectado, se puede sustituir con el nombre de cual otro país o región que ha experimentado brotes de influenza aviar altamente patógena. En todo el mundo hay zonas en las cuales hay una gran concentración de aves. Eso por razones de clima y disponibilidad de recursos, así como la cercanía de los mercados. Queda claro que cuando hay un brote de algún virus en zonas de concentración avícola habrán grandes pérdidas.
La cuestión del reembolso de los avicultores por parte del Gobierno es más controversial, pero lo que se ha visto internacionalmente es que donde no existe la remuneración, los avicultores no quieren reportar que tienen el virus y éste se sigue diseminando. Los avicultores saben que si reportan que tienen un brote, llegará el Gobierno y sacrificará todas la aves y el productor se queda sin aves ni dinero.
Lo positivo de reembolsar a los avicultores es que éstos no temen reportar el brote, lo que ayuda controlarlo, a la misma vez que no pone en riesgo las finanzas del avicultor.
No obstante las muchas críticas, el programa de reembolso de pérdidas de los avicultores es una buena estrategia del Gobierno de EUA.
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