Editorial – Las investigaciones universitarias desempeñan un papel crítico
Como es bien sabido, el sector porcino en el continente americano ha sido afectado por el brote del virus de la diarrea epidémica porcina (PED) desde mediados del año pasado. Mientras que Estados Unidos ha sido el país más afectado por este brote, Canadá y México y varios países más han tenido graves problemas con ese mismo virus.
La semana pasada se llevó a cabo la Conferencia Norteamericana de PRRS (síndrome respiratorio y reproductivo en cerdos) en Chicago y se le dio énfasis especial al PEDV. Antes de la llegada del PEDV, PRRS había sido el problema “demonio” de los porcicultores, al ser una enfermedad que tomó muchos años entender y que todavía es difícil de controlar.
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Más que nada queda muy claro que el Gobierno de Estados Unidos no llegó al rescate del sector porcino, sino que fue la industria misma que tuvo que defenderse. Y al no saber casi nada acerca de PEDV lo que se necesitaba eran investigaciones sobre este nuevo virus.
Esas investigaciones fueron hechas por varias universidades, usando fondos de las asociaciones porcinas del país. Sin estas investigaciones, el horrible daño hecho por PEDV hubiera sido mucho peor.
En un año y medio, PEDV mató a 8 millones de lechones, el 1% de la producción nacional, y el 50% de las granjas en el país se han infectado.
En las granjas de reproducción, las cerdas nunca antes expuestas al virus sufrieron más de 30% de mortalidad, y los lechones en muchos casos tuvieron el 100% de mortalidad.
Gracias a las investigaciones, se descubrió que son dos las cepas del PEDV, y no solo una, las que están circulando, además de otro virus totalmente separado, el deltacoronavirus porcino (PDCoV). Saber esto ha sido muy valioso para la industria.
Algunas de estas investigaciones se basaron en la experiencia ya existente en las universidades sobre otras enfermedades porcinas como PRSS, seudorrabia, y TGE (gastroenteritis transmisible). Gracias a estos conocimientos, se pudieron comparar con PEDV, para ver si existían similitudes, y de ser así, cómo controlar mejor el brote.
La situación en EUA ha mejorado mucho, y al estar entrando al segundo invierno con PEDV, cuando el virus es peor, todo parece estar muy calmado al momento. Eso en parte porque ya hay dos vacunas comerciales disponibles contra el virus, y por las estrictas medidas de bioseguridad que se están practicando.
Por otra parte, la bioseguridad muy estricta ha sido muy exitosa, al cerrar los hatos infectados y no abrirlos de nuevo hasta que pase la totalmente la infección. El uso de filtros de aire también ha probado ser exitoso.
Pero se le debe mucho al veloz trabajo de investigadores universitarios, pagados por los porcicultores. Claramente el PEDV hizo de lo suyo en EUA, y las investigaciones no pudieron detener su paso. Pero ese no es el propósito principal de las investigaciones, cuyo papel es entender el virus y cómo actúa, y desde ahí, poder establecer prácticas razonables para los productores.
Otro hecho que quedó muy claro es que los investigadores solo fueron exitosos debido a la colaboración de los productores de cerdos, quienes compartieron mucha información. Sin conocer detalladamente lo que pasa en las granjas, las investigaciones en los laboratorios sólo llegan a cierto punto.
La colaboración entre los productores y los investigadores universitarios ha sido lo que resultó en lo que parece ser un control, por el momento, de este virus devastador.
Nadie cree que PEDV está del todo controlado. Al contrario, los investigadores creen que será como PRRS, una enfermedad que ha causado grandes problemas por muchos años y que lo seguirá haciendo. Pero ahí estarán los investigadores universitarios, conociendo cómo funciona el virus y descubriendo nuevas técnicas y métodos para su control.
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