El contrabando avícola es un problema grave en Latinoamérica
Según noticias recientes en Colombia, Uruguay, Guatemala y Paraguay, el contrabando de pollo y huevo, sigue siendo un problema serio en Latinoamérica.
Por ejemplo el contrabando le quita $90.000 millones al año al sector avícola colombiano, según el presidente de la Federación Nacional de Avicultores (Fenavi), Andrés Valencia, en una entrevista con El Espectador.
“Hicimos un cálculo: 1.500 toneladas de pollo entran ilegalmente al mes desde Venezuela y dos millones de huevos ingresan desde ese país y Ecuador. Este contrabando más o menos equivale a unos $90.000 millones al año. Tan solo el contrabando de pollo vale $88.000 millones y ese es un producto que se queda en Cúcuta y en los municipios aledaños a la frontera”, indica Valencia.
En Uruguay, el presidente del Centro Comercial e Industrial de Salto, Miguel Feris, denunció que desde Brasil y Argentina están ingresando pollos clandestinamente. Feris explicó a El País, que la venta en el mercado local de pollo ha disminuido un 60% en Salto.
La Asociación Nacional de Avicultores de Guatemala (Anavi), en septiembre declaró que el 20% del huevo que se consume en el país proviene del contrabando y sigue siendo una de las causas que afectan a la cadena productiva, tanto de productores como de comercializadores.
En Paraguay, Pablo Cuevas, viceministro de Comercio, reveló que se calcula un importante perjuicio económico de miles de millones de dólares en las fiestas de año por el ingreso de productos de contrabando, incluso el huevo, según Paraguay.com.
El contrabando avícola en Latinoamérica es un hecho establecido, y algo que es extremadamente difícil de detener. Donde hay oportunidad y dinero para ganar, siempre habrá contrabando de un sinnúmero de productos.
La realidad es que, a pesar de los esfuerzos de los Gobiernos por cuidar sus fronteras y prevenir la entrada de productos y personas ilegales, simplemente no se puede hacer. Siempre habrá contrabando.
De los ejemplos dados, ninguno es un caso nuevo, esto países y zonas fronterizas han experimentado el contrabando por mucho tiempo. Es importante aclarar que son los contrabandistas “profesionales” y no los avicultores, que compran el producto barato en un país y lo venden más caro en otro país.
En la mayoría de los casos, el contrabando va de países con una industria avícola grande a países más pequeños. Los contrabandistas toman ventaja de los malos momentos en el sector avícola cuando hay una sobreoferta de productos y precios muy bajos. Se compra el pollo o el huevo muy barato y se vende con fines de lucro en los otros países donde entra ilegalmente.
Más allá de las cuestiones comerciales y el enorme daño económico que causa el contrabando, queda la cuestión de la sanidad y la prevención de enfermedades. Esto es algo importantísimo, dado el daño que el brote de una enfermedad puede causar.
Cómo hacerle frente al contrabando en general y al contrabando avícola específicamente es un problema del Gobierno y no de los avicultores. El Gobierno es el que cuida y asegura las fronteras, no los productores de pollo. Pero la falta de control de fronteras tiene un impacto directo en el sector avícola. Por eso, y como se ha hecho en Guatemala y Colombia, el gremio avícola debe mantener contacto directo y frecuente con el Gobierno, para reducir las pérdidas y los riesgos sanitarios del contrabando.
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