Coccidiosis y nutrición: La vacunación contra la coccidiosis permite mayor flexibilidad en la dieta
Dr. José Ignacio Barragán Médico Veterinario Especialista en Aves y Asesor Nutricional Independiente España Un factor importante a considerar es la sensibilidad del pollo al nivel de energía de la dieta, pues existe una relación prácticamente lineal entre dicho nivel de energía y el índice de conversión alimenticia. Dado que este último es el factor más importante que afecta el costo de producción del pollo de engorde, por lo general es el primer elemento que definen los especialistas en nutrición. Una vez establecido el valor de la conversión alimenticia, el resto de los nutrimentos se define en términos del consumo estimado dependiendo del nivel de energía y de las necesidades de la fase de producción. Otra decisión importante es el tiempo que habrá de utilizarse cada tipo de alimento. Primero hay que considerar el número de tipos de alimento que puede preparar la planta, con base en su capacidad y en la logística implicada. En general, las plantas de alimentos pueden manejar tres tipos diferentes de raciones para el pollo de engorde y, bajo ciertas circunstancias, cuatro, pero suele ser difícil aumentar este número. En general, mientras mayor sea el número de tipos de alimentos que podamos fabricar, mejor podremos sa-tisfacer las necesidades nutricionales de los pollos. Por el contrario, generalmente se piensa en la capacidad de la planta antes que en la posibilidad de optimizar el costo. Una vez establecido el número de tipos de raciones, será necesario determinar los límites de edad para el uso de cada una de ellas. Teóricamente éste deberá ser el programa de alimentación más económico, pero en realidad dicho programa se ve influenciado significativamente por el programa anticoccidial. Cuadro 1. Grupos, tratamientos y programas de alimentación usados en la prueba. Durante años en España y en muchos otros países con antigua tradición avícola, el programa de control de coccidiosis incluía un producto químico, generalmente nicarbazina, durante las primeras semanas, seguido de un ionóforo (como monensina o salinomicina). El período óptimo en que se puede usar la nicarbazina es 21 días, pues menos que esto reduce su eficacia y más incrementa el riesgo de que se deprima el crecimiento. Además, las diferentes reglamentaciones exigen que se suspenda la administración de este anticoccidial un cierto número de días antes del sacrificio (“período de retiro”). Como resultado, los programas de formulación utilizados más universalmente han incluido un alimento iniciador hasta los 21 días de edad, una ración de crecimiento hasta algunos días antes del sacrificio (dependiendo de las leyes) y un finalizador o “alimento de retiro” hasta el sacrificio. Es así como se ha hecho, aunque tal vez no sea el programa ideal ni técnica ni económicamente. Esta situación cambia cuando los pollos reciben una vacuna para controlar la coccidiosis, pues el tiempo en que se utilice el finalizador ya no está determinado por la preocupación de que los pollos puedan sufrir un brote tardío de coccidiosis durante el período de crecimiento, que es el más costoso. Estas nuevas circunstancias también permiten formular un alimento para la temporada en que el intestino de los pollos está combatiendo a los protozoarios del género Eimeria inducidos por la vacuna, que es el período entre los 15 y 25 días de edad. Aves vacunadas Los programas de alimentación para los pollos vacunados contra la coccidiosis deben tener tres objetivos diferentes, a saber:
Para probar esta dieta nueva se realizaron pruebas en una de las granjas experimentales de mayor prestigio en España. En una de ellas se utilizaron 4,500 machos Hybro, que se dividieron en tres grupos: uno de ellos recibió un anticoccidial, otro no, y el otro fue va-cunado contra la coccidiosis. Dentro de cada uno de los tres grupos, la mitad recibió la dieta convencional y la otra mitad la dieta alternativa (Cuadro 1). El programa convencional consistió en los siguientes tipos de alimento:
El objetivo de las dietas alternativas fue asegurar el mejor arranque posible de los pollos y facilitar la digestibilidad durante los primeros 21 días de edad, con un alimento menos concentrado. Los resultados del período de 0 a 10 días se presentan en los Cuadros 2, 3 y 4. Los resultados muestran que los pesos corporales a los 10 y 21 días, y al final de la prueba, fueron superiores a los obtenidos con el programa estándar. Estas diferencias son significativas en los tres períodos de producción y en los tres programas de control de la coccidiosis (con anticoccidial, sin anticoccidial y con vacuna). La diferencia numérica más grande apreciable con respecto al peso corporal se observó en el grupo vacunado. La conversión alimenticia tiende a empeorar ligeramente aunque la diferencia no es verdaderamente significativa en los pollos que recibieron el programa alternativo, pues aumentaron su consumo de alimento; sin embargo, este ligero incremento en el consumo no limita la oportunidad de aumentar el peso final al utilizar el programa alternativo. El costo ligeramente mayor del alimento con el programa alternativo en las etapas iniciales se debe a la mayor concentración de aminoácidos y a las mejores características de los ingredientes. Teniendo en mente estos resultados se repitió la prueba en el mismo sitio. El Cuadro 6 presenta una comparación de los resultados obtenidos con los diferentes períodos de retiro. Se compara un programa estándar de alimentación con anticoccidiales, con una serie de programas alternativos en pollos vacunados que consumieron un primer alimento con dos variaciones (normal o con mayor digestibilidad, con niveles más bajos de energía y proteína [aminoácidos]) y luego un segundo y un tercer alimentos con duración variable, incrementando el período de retiro (Cuadro 7). Los resultados no mostraron diferencias en el peso de los pollos independientemente del período de retiro y de la conversión alimenticia, aunque fue mejor en los pollos que recibieron el alimento a partir de los 35 días de edad. En esta prueba no fue posible establecer diferencias entre los pollos que recibieron los dos alimentos distintos en la primera etapa, aun cuando numéricamente el peso de las aves con el alimento más digestible pero menos concentrado fue ligeramente inferior. Tampoco fue posible encontrar diferencias entre los resultados de procesamiento entre los pollos de los dife-rentes grupos en los valores de la calidad de la cama ni en los conteos de ooquistes de Eimeria. Por otra parte, un alimento iniciador con características especiales puede permitir a las aves tener un mejor inicio y mayor resistencia durante el período de mayor multiplicación de Eimeria. Conclusión El uso de un alimento iniciador de “impulso”, una dieta altamente digestible para la segunda etapa entre los 15 y 25 días de edad, y un finalizador durante un período más prolongado de lo habitual, puede satisfacer de mejor manera los requerimientos de los pollos vacunados contra la coccidiosis. Una vez liberados de los límites establecidos por el uso de un programa tradicional con anticoccidiales, los avicultores pueden tener más libertad de diseñar sus fórmulas y programas alimenticios. Los programas alternativos también pueden beneficiar a los pollos vacunados al proporcionarles una mejor salud intestinal, sin aumentar el costo del programa de alimentación. Fuente: CocciForum Edición No. 8, Schering-Plough Animal Health. Regresar a Edición Latinoamericana (#1) |