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Jugándosela

Ahmad: ‘Las aves me dicen que este programa no fallará.’
Por todo el tiempo que cualquiera pueda recordar, siempre ha sido el pollo el que da su vida en bien de la humanidad.

Pero ahora, cuando menos un médico veterinario del departamento de producción de una empresa avícola estadounidense está dispuesto a hacer el mismo sacrificio en beneficio de sus aves.

Después de 5 años de éxito usando una vacuna de Schering-Plough contra la coccidiosis en la línea de aves libres de antibióticos de la compañía, el Dr. Mueez Ahmad de Draper Valley Farms, de Mount Vernon de Washington, E.U., quiso eliminar los anticoccidiales de los alimentos que se utilizan en los pollos de engorde comerciales de su empresa, y comenzar avacunar a todas las aves todo el año.

No fue una decisión espontánea, pues en la empresa, que produce aproximadamente 600,000 aves por semana en sus granjas de los Estados de Washington y Oregon, había venido vacunando a los pollos de su línea libre de antibióticos — aproximadamente 15% de la producción total — con vacuna Schering-Plough en vez de medicarlas con un antibiótico ionófor o tradicional.

El programa funcionó tan bien que en 2005 Draper Valley comenzó a usar la vacuna en sus aves comerciales durante tres ciclos, por lo general de abril a septiembre, manteniendo al ionóforo durante los otros tres ciclos. Todas las aves comerciales recibieron un antibiótico para controlar la enteritis necrótica... luego comenzaron a hacerse preguntas.

Mentes curiosas

Impresionado con el excelente rendimiento de los pollos comerciales vacunados, el gerente de producción Dave Wilson preguntó a Ahmad por qué habían dejado de vacunar después de tres ciclos. También notó que las aves vacunadas no padecieron el síndrome de “mortalidad en pico” (spiking), pensando también que los frecuentes cambios en los medicamentos podían estresar a las aves, haciéndolas más susceptibles a este problema. En un principio, Ahmad defendió la rotación entre vacuna e ionóforos en las aves comerciales, explicándole al gerente de producción que este régimen se había utilizado en muchas operaciones avícolas con éxito y le hizo notar que el uso de la vacuna durante varios ciclos ayudaba a restablecer la sensibilidad de las coccidias a los antibióticos ionóforos y a los anticoccidiales químicos tradicionales.

No hay secretos en el éxito de Draper Valley

Ubicada en la región Noroeste del Pacífico, aproximadamente 120 Km al norte de Seattle, Draper Valley esta muy lejos de los campos de cultivo de maíz y soya, la mayoría de los cuales se encuentran en la región conocida como el Medio Oeste Norteamericano.

Esta distancia significa mayores costos del alimento lo que hace impráctico que Draper Valley intente competir en igualdad de circunstancias contra las compañías avícolas mucho mayores, que se localizan en el sureste del país.

“Es por ello que colocamos a nuestro producto como un ave local,” dijo Dave Wilson, gerente de producción en vivo. “No podemos competir contra los grandes. Nuestro mercado está formado estrictamente por los estados de Washington y Oregon.”

Esto no ha impedido que Draper Valley abra sus puertas a representantes de tres importantes integraciones multinacionales interesadas en la vacunación contra la coccidiosis y otras prácticas que les ayuden a satisfacer la creciente demanda de aves producidas sin antibióticos.

“Ciertamente existe un gran interés en la producción libre de antibióticos, porque esa es la tendencia de la industria,” dijo el médico veterinario de producción, Dr. Mueez Ahmad. “No vemos a las grandes integraciones como nuestros competidores, por lo que con gusto compartimos con ellos lo que hemos aprendido. Creo que beneficiará a toda la industria avícola.”
Sin embargo, con el tiempo Ahmad también comenzó a cuestionar sus propios razonamientos.

Nuestra estrategia había sido dar a las aves vacuna del coccidiosis por tres ciclos y luego cambiar a un ionóforo para los siguientes tres” dijo. “Pero en realidad sólo estábamos obteniendo un ciclo bueno con el ionóforo, porque en el segundo la producción caía y todo empeoraba en el tercero. Continuamos hablando sobre el tema y concluimos que si las aves iban tan bien con la vacuna, tal vez deberíamos continuar utilizándola todo el año.”

Además de pensar que éste era el mejor enfoque para las aves, Ahmad y Wilson también consideraron que cualquier esfuerzo para reducir o incluso eliminar el uso de fármacos era congruente con el compromiso de Draper Valley y con su visión de distinguir la marca y dar valor agregado a su línea de producto.

‘Hablando con las aves’

No obstante, no todo el mundo en Draper Valley compartió su entusiasmo por vacunar a los pollos comerciales el año entero. Algunos opinaban que estaba bien usar la vacuna contra la coccidiosis durante la primavera y hasta el otoño, cuando había mejor circulación del aire y supuestamente menor desafío por coccidiosis. Pero la idea de no utilizar ionóforos ni químicos en invierno inicialmente se topó con una fuerte resistencia. De hecho, uno de los asesores de gran influencia estaba tan convencido de que el plan fracasaría que amenazó con renunciar si la empresa daba marcha adelante con el plan.

El Dr. Ahmad también reafirmó su postura. Recordando lo sucedido expresa: “Casi perdí mi trabajo por esta decisión de vacunar a las aves todo el año, pero tenía confianza en nuestro plan y creía que era el mejor proceder, tanto para la empresa como para las aves.” Para apoyar su punto, Ahmad invitó a un equipo de expertos a hablar objetivamente a favor del programa de vacunación, aunque no se trataba de un panel de veterinarios ni nutricionistas, sino que pidió su opinión a los pollos.

“Estoy haciendo necropsias cada mes, y cada mes me dicen que sus intestinos están mejor cuando reciben la vacuna,” esto se lo dijo a los administradores de la empresa. “Las aves me están diciendo que este programa no va a fallar.” Incrédulo, uno de los ejecutivos encargados de tomar decisiones en la empresa le preguntó: “¿Te lo dijeron las aves? ¿en realidad hablas con ellas?”

Las lesiones no mienten

En ese momento, Ahmad admite con una sonrisa, “algunas personas pensaron que tenía problemas psicológicos,” pero se mantuvo firme en su posición y presentó evidencia más tangible: en este caso, los resultados de los exámenes postmortem de aves tomadas aleatoriamente de todos los galpones del sistema de Draper Valley. La edad de las aves cuya necropsia realizó iba de 14 días al mercado. La investigación mostró que los pollos vacunados tenían lesiones de coccidiosis menores pero manejables hasta antes de los 21 días, en comparación con las aves medicadas que presentaban lesiones más graves, causadas por cepas de coccidia de campo a los 34 ó 35 días.

‘El proceso de vacunación se adapta bien a la rutina de la incubadora’

Vacuna del coccidiosis se administra a los pollos de un día en la incubadora, usando el gabinete de aspersión SprayCox II diseñado especialmente para rociar a las aves con la vacuna.

Debido a que la vacuna contiene ooquistes vivos que estimulan al aparato inmunocompetente natural de las aves, es esencial una buena cobertura con el producto. Se agrega un colorante rojo a la vacuna que ayuda a los trabajadores de la planta a revisar rápida y visualmente el trabajo, aunque el color también estimula a las aves a ingerir los ooquistes vivos.

“El proceso se ha adaptado muy bien a la rutina de la planta” dijo Robin Visser, gerente de incubación de Draper Valley, donde existen dos plantas incubadoras. No representa trabajo adicional, con la única excepción de que hay que mezclar la vacuna.”

Incluso eso se ha hecho aún más fácil. Explicó que la adición del AirMix —un exclusivo sistema que utiliza una bomba de aire para mantener en suspensión a los ooquistes de la vacuna — le da más confianza en que el producto se esté administrando correctamente.

El respaldo técnico de Schering-Plough Animal Health en nuestra planta también nos ha ayudado a capacitar a los trabajadores y Vacuna del coccidiosis se administra a los pollos de un día en la incubadora, usando el gabinete de aspersión SprayCox II diseñado especialmente para rociar a las aves con la vacuna.

Debido a que la vacuna contiene ooquistes vivos que estimulan al aparato inmunocompetente natural de las aves, es esencial una buena cobertura con el producto. Se agrega un colorante rojo a la vacuna que ayuda a los trabajadores de la planta a revisar rápida y visualmente el trabajo, aunque el color también estimula a las aves a ingerir los ooquistes vivos.

“El proceso se ha adaptado muy bien a la rutina de la planta” dijo Robin Visser, gerente de incubación de Draper Valley, donde existen dos plantas incubadoras. No representa trabajo adicional, con la única excepción de que hay que mezclar la vacuna.”

Incluso eso se ha hecho aún más fácil. Explicó que la adición del AirMix —un exclusivo sistema que utiliza una bomba de aire para mantener en suspensión a los ooquistes de la vacuna — le da más confianza en que el producto se esté administrando correctamente.

El respaldo técnico de Schering-Plough Animal Health en nuestra planta también nos ha ayudado a capacitar a los trabajadores y mantener el proceso funcionando eficientemente.
El Dr. Ahmad dijo que no es inusual ver lesiones en las aves, o cuando menos ese era el paradigma aceptado en ese momento. En sus 15 años de producción avícola comercial, no recuerda haber hecho necropsias sin encontrar lesiones de Eimeria tenella que es una causa importante de coccidiosis. La única excepción fue cuando usó por primera vez diclazuril, un anticoccidial sistémico que brindó inicialmente un control magnifico, hasta que los problemas de resistencia hicieron que fuera necesario limitar significativamente su uso. “Además de ello, el hecho de encontrar algunas lesiones en las aves es perfectamente normal,” dijo. “Simplemente hay que observar su gravedad y dónde se presentan.”

‘Las aves estarán bien’

Después de mucho debate, la admin­istración de Draper Valley decidió probar el plan de vacunación del Dr. Ahmad en octubre de 2005, momento en que la empresa normalmente haría la rotación de su programa para volver a utilizar el ionóforo, aunque todavía no había pasado lo más difícil. A finales de diciembre — poco tiempo después de que aquel asesor cumpliera su promesa de renunciar — El Dr. Ahmad realizó su sueño de mucho tiempo de tomar unas vacaciones largas para visitar a su familia en Pakistán. “Estarán bien, nada malo les pasará.” Le dijo Ahmad confiadamente a los directores antes de hacer maletas y dejar en su lugar al Sr. Wilson.

Aparentemente Ahmad tenía razón.

“Fue el mejor invierno que jamás hayamos tenido desde que comenzamos con este programa,” recuerda Wilson. “Ya para marzo o abril todos se habían dado cuenta de que nuestra operación comercial de pollo de engorde no se derrumbó y que de hecho, el rendimiento mejoró.” Ahora, después de más de 24 meses de usar la vacuna de Schering-Plough contra la coccidiosis en todos los pollos comerciales, el Dr. Ahmad dice que difícilmente encuentra alguna lesión. Considera que el uso continuo de la vacuna, que proporciona una dosis controlada y balanceada de ooquistes vivos que estimulan naturalmente la inmunidad, ha hecho que la población coccidial cambie de las tenaces cepas de campo a otras que se pueden manejar más fácilmente. “Si vemos lesiones en las aves hoy, esto generalmente se asocia con otro problema de manejo o posiblemente con Clostridium, no con coccidiosis,” indicó. En sus aves comerciales, Draper Valley usa ya sea BMD (disalicilato metileno de bacitracina) o Stafac (virginiamicina) para ayudar a mantener la enteritis bajo control.

Si se presenta un brote de enteritis, el Dr. Ahmad la controlará agregando penicilina al agua durante 2 ó 3 días.

Sin dermatitis gangrenosa

El médico Ahmad dice que el uso de la vacuna de coccidios is en Draper Valley aportó otros dos beneficios inesperados, relacionados con la capacidad de la vacuna de frenar los ciclos tardíos de las coccidias.

En primer lugar, Ahmad y Wilson no han visto ni un solo caso de dermati­-tis gangrenosa — problema de salud relacionado con Clostridium que produce alta mortalidad, decomisos totales y parciales — desde que las aves están recibiendo la vacuna contra la coccidiosis. Las pérdidas económicas se han calculado hasta en US$1.31 por ave afectada.

Los informes recientes sugieren que los ciclos tardíos de la coccidiosis predisponen a las aves a este costoso problema. La dermatitis gangrenosa también tiende a presentarse en parvadas sometidas a programas en los que se cambia de un anticoccidial químico a un ionóforo o bien en los que se utiliza un ionóforo durante todo el tiempo de engorde, lo cual permite el reciclado tardío de las coccidias. En contraste, la experiencia de campo muestra que las parvadas vacunadas con la coccidiosis tienen inmunidad de por vida contra esta parasitosis, no sufren ciclos tardíos coccidiales y tienden a no desarrollar dermatitis gangrenosa.

“La dermatitis gangrenosa es una enfermedad muy costosa, que ataca a las aves cerca de la edad de mercado, por lo general entre los 38 y 40 días, y que no responde bien al tratamiento. Incluso si se aplica un medicamento, es necesario tener mucho cuidado con los tiempos de retiro a esa edad,” explicó Ahmad.

“Si no se mueren las aves por dermatitis, se pueden perder en la línea de procesamiento, donde serán decomisadas,” continuó. “Si tengo que escoger, es mucho más preferible correr el riesgo de enteritis necrótica que de dermatitis gangrenosa, pues la primera es definitivamente el menor de los dos males y, además, la podemos mantener bajo control con buen manejo.” Ahmad también piensa que los ciclos tardíos de las coccidias suprimen la inmunidad de las aves contra otras enfermedades. “La inmunosupresión es un fenómeno caro,” dijo. “Como yo lo veo, siempre que exista un ambiente estresante para los animales, compromete su inmunidad y los hace más susceptibles a otras enfermedades. La dermatitis gangrenosa es un buen ejemplo de ello, aunque también lo son Staphylococcus y Escherichia coli. “Existe un grupo de bacterias que siempre están esperando que otra cree una agresión en la piel,” continuó. “Puede que nuestro nuevo programa produzca una mejor salud intestinal y que ésta a su vez suprima a dichas bacterias.”

Formulaciones flexibles

Mientras que la vacunación contra la coccidiosis les ha permitido reducir el uso de fármacos, también les ha dado más flexibilidad en la formulación de sus raciones, por la sencilla razón de que ya no tienen que trabajar alrededor de un programa predeterminado de rotación de medicamentos. Como resultado, ahora Draper Valley invierte más en sus alimentos de iniciación para asegurar la salud intestinal óptima y ahorra en las últimas raciones, pues las aves comienzan a recibir el finalizador o el alimento de retiro, de bajo costo, de 7 a 10 días antes.

“Nuestros nutricionistas pueden hacer cambios según las necesidades de las aves, sin tener que adherirse a un programa de medicación,” dijo el Dr. Ahmad. “El hecho de no tener anticoccidiales en el alimento les da mucha más libertad.”

La planta de alimentos también disfruta de esta flexibilidad, pues ahora tiene que controlar menos fármacos y no se tienen que preocupar por limpiar los residuos de medicamentos en la maquinaria.

En lo que se refiere al aspecto económico, Ahmad dice que los costos de medicación de Draper Valley parecen ser más altos que el promedio nacional publicado por el servicio de estadística Agri Stats, pero eso se debe a que esta categoría incluye a la vacunación y, según el doctor, esto conduce a interpretaciones erróneas. “Cuando revisamos la variación del costo de los diferentes ionóforos que tendríamos que usar durante el año si no vacunáramos, el costo tendería a nivelarse,” dijo. Otra manera de verlo es “dividir el costo de la vacuna entre el costo del alimento que reciben las aves. Con esto se verá que el costo de este producto no es un factor importante, pues se ve contrarrestado por sus beneficios. Lo considero como un gasto compensado.”

Manejando la cama y la luz

El manejo del ambiente de las aves también ayuda a desarrollar inmunidad y reducir la presión de las enfermedades. Wilson dice que prefieren desarrollar a sus aves sobre cama usada (N. del T.: Conocida en el medio como “cama caliente”) durante 3 ó 4 años sin mucha limpieza. “Simplemente entramos y desbaratamos los terrones apelmazados después de cada parvada,” explicó Wilson. Ahmad agregó que esta estrategia les ayuda a estimular la inmunidad de las aves a una edad temprana. “En los últimos 2 años, nuestras cifras de salmonela han venido bajando rápidamente,” dijo, señalando la declinación del estándar del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) de 6 ó 7%, a aproximadamente 2%.” Wilson considera que estas cantidades más bajas de salmonela son un resultado colateral de los diligentes esfuerzos de la empresa por controlar la enteritis sin medicamentos.

“Hemos hecho muchos cambios de manejo, no sólo de la cama sino también de la ventilación, la limpieza de nuestros pozos y líneas de agua, y muchos otros. Ya sabíamos que Clostridium sería nuestro principal desafío al reducir o eliminar los fármacos. Siempre que fallamos, todo se remonta a algún problema ocurrido durante los primeros 7 a 10 días. En nuestro programa sin antibióticos sabíamos que si lográbamos llegar hasta los 21 días sin un brote, el resto sería mucho más fácil.” La iluminación también es importante. Ahmad y Wilson decidieron aumentar la intensidad de la luz durante los primeros 7 días de edad de las aves para ayudarlas a desarrollar un sistema inmune más poderoso, pues al ver fácilmente el alimento y el agua pueden tener un rápido arranque.

Una vez que los pollos se encuentran en lo que Ahmad llama su “zona de confort,” por lo general alrededor de los 14 días, se reduce la intensidad de la luz y se hace más lento el crecimiento de los animales, práctica recomendada por Cobb, que es su proveedor de genética. “Es un programa primero creciente y luego decreciente,” explicó el Dr. Ahmad. “Sin él continuarían comiendo y haciendo que sus músculos crecieran, pero a un ritmo más rápido que sus sistemas esquelético y cardiovascular.”

En realidad, el crecimiento más rápido se convirtió en un problema para Draper Valley después de que todas las aves de la compañía se sometieron al programa con vacuna de coccidiosis, y lo corrigió reduciendo la iluminación.

El futuro ya llegó

El nuevo énfasis en mejorar la nutrición, el medio ambiente, el manejo y en usar menos fármacos también ha ayudado al equipo de producción de Draper Valley a prepararse mejor para las tendencias futuras del mercado. De hecho en marzo de 2007, Draper Valley también decidió dejar de incluir el antibiótico promotor del crecimiento a las raciones de sus aves comerciales, para incluir ahora un producto experimental de exclusión competitiva que les ayuda a promover la salud intestinal. Reflexionando sobre sus cambios recientes, el Dr. Ahmad dice que la producción de algunas de las aves de la empresa sin antibióticos los ha forzado a manejar mejor a todos sus animales.

“Cuando uno se decide a no usar más antibióticos, ya no puede aplicar fármacos ni parches para tapar sus errores,” dijo. “Creo que esta experiencia ha tenido un efecto profundo sobre el manejo de nuestras aves comerciales también. El uso de la vacunación contra la coccidiosis, por ejemplo, nos ayudó a desarrollar un mejor entendimiento de cómo crecen las aves. No veo a la vacunación como un programa de manejo de enfermedad, sino que para mi es más un enfoque zootécnico.

“Cuando la empresa me dijo que querían que todas nuestras aves se produjesen totalmente libres de antibióticos, les dije que podríamos lograrlo en el siguiente ciclo de aves hace cinco años, pero probablemente les debería haber dicho que necesitábamos 15 años,” dijo sonriente.

La vacunación: ‘Es ahora un proceso sencillo’

¿Qué les aconseja Draper Valley a otros productores sobre la vacunación contra la coccidiosis? “Les digo que es como todo lo nuevo” explicó el Dr. Ahmad. “Pueden surgir algunos tropiezos al principio y esto a veces hace que la gente se arrepienta. Pero una vez superado el primer gran obstáculo, digamos... después de los dos o tres primeros ciclos, todo es más fácil. Más que nada, es necesario desear ser mejores administradores.”

El Sr. Wilson está de acuerdo. “Muchas veces quise dejar de vacunar, porque no me sentía cómodo con esta práctica después del primer ciclo. Además, parecía mucho más fácil dar tratamientos.” Entonces llamé al Dr. John McCarty, (veterinario asesor de Schering-Plough) y me dijo que tenía que ser paciente y continuar con el programa un poco más.” Le dije que ya tenía bastante, agregó el Sr. Wilson de broma. “Pero ¿sabes qué? el Dr. McCarty tenía razón y qué bueno que seguí su consejo. El cambio puede ser incómodo al principio, pero por lo general es para mejorar.”

Los pollos de engorde comerciales: Aprendiendo con el ejemplo

Las aves que desarrolla Draper Valley para su línea de antibióticos reciben una dieta con formulación patentada a base de maíz y soya, sin grasa adicional ni otros subproductos de origen animal. La empresa también reduce su densidad de población en 20%.

De acuerdo con el médico veterinario Dr. Mueez Ahmad, los nutricionistas de Draper Valley tardaron 7 u 8 años en optimizar la proporción proteína-energía de esta dieta vegetariana.

“No es posible obtener una buena tasa de crecimiento si no existe la energía y si hay demasiada proteína que también puede causar daño,” continuó. “Una dieta vegetariana no es imposible. Cualquiera la puede hacer, pero se requiere bastante trabajo y no es posible lograrlo de la noche a la mañana.”

Ahmad dice que muchos de los conceptos que ha desarrollado Draper Valley para su línea sin antibióticos se pueden adaptar fácilmente a las aves comerciales...y la vacunación contra la coccidiosis es sólo un ejemplo.

“Creo que en el futuro introduciremos más de estos conceptos a nuestros pollos comerciales,” dijo Dave Wilson, gerente de producción en vivo. “Esa es la dirección en la que van los consumidores y la industria.”

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