El cielo es el límite
La vacunación contra coccidiosis ha dado nacimiento a nuevas ideas en la nutrición del pollo de engorde cuando las compañías se liberan de los rígidos esquemas de nutrición impuestos por la administración de anticoccidiales en el alimento.Las compañías avícolas más progresistas que se inclinan a usar vacunas como forma principal y, en ocasiones, la única forma de controlar la coccidiosis, han encontrado que pueden crear programas de nutrición adaptados a las necesidades del ave — y no a lo prescrito por un programa para el uso de anticoccidiales. Esta tendencia ha dado a luz al concepto IDEA, una nueva forma de manejo de alimentación del pollo para carne. IDEA significa Impulso, Digestibilidad, Economía y Avance — todos ellos clave en la cimentación del concepto IDEA. El concepto IDEA busca aumentar el desarrollo de inmunidad y reducir los desafíos intestinales causados por coccidias y bacterias, mientras que da a las compañías avícolas la oportunidad de manejar mejor la nutrición de las aves. Tiene el potencial de reducir costos en tanto que prepara al intestino para una mejor respuesta a la coccidiosis y otras enfermedades intestinales. Con estos beneficios y los cambios de las condiciones del mercado en mente, Schering-Plough Animal Health recientemente fue anfitrión de CocciForum México, un simposio en Puerto Vallarta para más de 200 veterinarios, nutricionistas y gerentes de producción de América Latina. El reportero Steven Fox y el editor Joseph Feeks, de la revista Intestinal Health asistieron a la conferencia y entrevistaron a varios de los ponentes. Su informe es el siguiente: El enfoque en la nutrición debe empezar horas después del nacimiento Halley “En la década de los 50, se tomaba 114 días criar un pollo de 2.9 kg (6.4 lb)” dijo el Dr. John Halley, nutricionista avícola con Cobb Vantress USA. Para la década de los 90, ese tiempo se había reducido a 56 días y ahora lo podemos lograr en unos 39 días.” El Dr. Halley dijo que el crecimiento más rápido, logrado gracias a la evolución en la genética avícola, ha aumentado en forma significativa la importancia de la alimentación adecuada a edad temprana, especialmente en aves que se sacrifican con pesos bajos. En la actualidad, señaló, la primera semana de vida representa el 18% de la vida del pollo. La alimentación temprana es esencial para el desarrollo del aparato digestivo, particularmente las vellosidades intestinales de absorción, y el sistema inmune, dijo. Si un animal no es alimentado correctamente, usa energía para sobrevivir y no para el desarrollo fisiológico normal. Dijo que “proporcionando alimento y agua temprano, obtenemos un inicio precoz del sistema inmune y el aparato digestivo, lo que aumenta las posibilidades de que las aves se mantengan saludables.” Transporte a la granja pronto La clave es sacar a los pollitos de la incubadora y transportarlos a las granjas de crecimiento cuanto antes. El mencionó que “Los pollos que permanecen demasiado tiempo en las bandejas de nacimiento…con frecuencia tienen problemas porque no tienen nada que comer o beber y se deshidratan,” señalando además que es necesario mantener una buena ventilación para que el pollo bebé se mantenga sano. Halley dijo que una indicación de que los pollitos pasan demasiado tiempo en las bandejas es lo avanzado en el crecimiento de las plumas del borde del ala, lo que se detecta fácilmente al examinar unos cuantos pollos. Aun cuando el procesado del pollito lleva de 1.5 a 6 horas, dependiendo de la planta, algunas se toman 48 horas o más después del nacimiento para que los pollos se coloquen en los galpones de crecimiento con acceso al alimento. Recalcó que los resultados de este retraso pueden ser costosos. Hay estudios que muestran que se puede obtener una ganacia del 15 al 20% si los pollos reciben una buena dieta desde un principio. Halley dijo “Es verdad que esas dietas de inicio pueden ser muy caras, pero son consumidas cantidades relativamente pequeñas. Si podemos obtener esos aumentos en la ganacia — y mantenerlos con una buena nutrición durante el resto de la crianza — es probable que se justifique el gasto.” Figura 1. Intervenciones en la dieta en la semana después
del nacimiento que pueden mejorar el rendimiento
Las células ‘satélite’ juegan
un papel importante
Una dieta inicial adecuada puede crear un potencial óptimo en las denominadas “células satélite” en el tejido muscular, un área de investigación que ha atraído interés considerable últimamente, dijo Halley. (Figura 1) Explicó que los pollos, como los humanos, nacen con un número dado de células musculares y células grasas. Cada unos de estos tipos aumenta o disminuye en tamaño, pero no en número. Por ejemplo, cuando la masa de la pechuga aumenta, es porque miles de células musculares individuales en la pechuga han aumentado su tamaño, pero no se han creado más células musculares. Si las células satélite reciben suficientes nutrientes a través del alimento en los primeros 2 a 4 días de vida, la producción de ADN en el tejido muscular aumenta. Los investigadores han encontrado que esto, a su vez, va asociado con el desarrollo de células musculares más grandes y una mayor masa muscular en el pollo, dijo Halley. Añadió que las investigaciones recientes indican que la adición de vitaminas puede reducir los efectos negativos del estrés. En particular se ha encontrado que las vitaminas B son de valor. En un estudio que él y sus colegas llevaron a cabo en una incubadora, provocaron estrés con elevadas temperaturas y después administraron un complemento de vitaminas B en el alimento. El rendimiento fue tan bueno en los pollos bajo estrés que recibieron el complemento de vitaminas B como en los que no estuvieron bajo estrés. Se necesita algo de sodio Halley continuó diciendo que la preocupación de algunos productores de que la adición de sodio puede resultar en camas húmedas y problemas de salud asociados a ella no tienen fundamento. Citó varios estudios que demuestran que en la primera semana de vida, los niveles de sodio pueden ser aumentados hasta 0.45 a 0.46% sin que aumente la humedad de la cama. Halley dijo que “Eso indica que las aves pueden retener la humedad y el sodio y el productor debe considerar esto al tomar decisiones sobre los programas de alimentación.” El balance de electrolitos en la dieta también debe ser considerado, dijo Halley. Se ha visto que si se suministran aproximadamente 250 mEq/kg hay mejoría en el rendimiento. Además, las dietas con mayor viscosidad pueden ayudar a reducir la cantidad de proteína no digerida que sale del intestino delgado, lo que ayuda a promover la salud intestinal. Enfoque en la uniformidad de la dieta Los productores pueden obtener mejores resultados si se esfuerzan en mantener uniformidad en la dieta de los pollos para carne. Hay muchos estudios que han demostrado que el desarrollo de la flora bacteriana benéfica puede ser afectada en gran medida por el tipo de grano que los pollos consumen y que los cambios súbitos pueden iniciar problemas. “Cuando cambiamos la fuente de grano en el alimento, se cambia la microflora en el intestino,” dijo Halley, “y si eso se hace abruptamente, es probable que cause estrés intestinal en los pollos, lo que a su vez, puede dar lugar al desarrollo de flora anormal y una situación de susceptibilidad potencial a enfermedad.” Hay estudios que han demostrado que el suministro de prebióticos puede ayudar al desarrollo de una microflora saludable en el intestino. Los niveles de lípidos generalmente es preferible mantenerlos bajos en las dietas de iniciación, dijo Halley. Por otro lado, es importante asegurar que se encuentren niveles fuertes de proteínas y carbohidratos en las mezclas. Los ahorros en la nutrición de reproductoras pueden ser contra producentes Burnham “Algunas veces descuidamos a nuestras reproductoras,” dice David Burnham, un nutricionista de Aviagen, Inc., compañía establecida en Huntsville, Alabama. “Esperamos que las gallinas produzcan una gran número de pollitos, pero muchos de nosotros no estamos dispuestos a dedicar el tiempo y el dinero necesarios para obtener la máxima producción — y eso puede ser un grave error.” Para empezar, Burnham aconseja desarrollar un plan de nutrición para reproductoras que defina claramente los niveles de nutrientes en cada etapa de la producción. Burnham sugiere que, para decidir la concentración de los diversos ingredientes en la dieta de las reproductoras, debe considerarse el consumo diario. A esto añade: “Una gallina que consume un máximo de 140 g/día requiere una densidad de nutrientes mayor a la de aquella que ingiere 175 g/día.” Burnham además hace hincapié en que debe considerarse el impacto del clima sobre las necesidades de nutrientes y energía. Las aves necesitan más energía (calorías) durante la temporada de frío, para compensar la energía extra que usan para mantener la temperatura corporal (Figura 1). Por otro lado, las aves necesitan menos energía cuando la temperatura es más alta. Sin embargo, cuando la temperatura es superior a los 25° C (77° F) deben tomarse medidas tanto alimenticias como de medio ambiente para reducir los efectos del estrés por calor. Burnham también recomienda mantener el alimento lo más constante posible. Señaló que “Los productores deben aprender como usar cada nuevo alimento que les damos.” Si cambiamos constantemente el alimento, cada parvada es un experimento para el productor, lo que no es conveniente.” Señaló que la reducción en el uso de anticoccidiales y otros productos químicos en el alimento y el aumento en el uso de vacunas para el control de enfermedades han permitido mayor flexibilidad en la formulación de alimentos y puede facilitar los esfuerzos para mantener la constancia de la dieta. Agua: el nutriente olvidado El nutricionista también enfatizó la importancia del agua limpia y fresca, que estimula su consumo y es crucial para la salud. El agua funciona como lubricante y ayuda en la digestión del alimento. El agua también es vital para mantener la temperatura corporal, que se reduce mediante la evaporación por jadeo. Figura 1.Los cambios de clima necesitan ajustes en el aporte de energía
Aun cuando la importancia del agua ha sido pasada por alto en el pasado, la situación puede estar cambiando, si nos basamos en la experiencia de un cliente de Aviagen. Este cliente estaba investigando la posibilidad de construir una granja para reproductoras en Argentina y preguntó que factores debía considerar para escoger el lugar. Burnham sugirió, entre otras cosas, que se determinara la calidad del agua en el lugar propuesto. El dijo que: “Resultó que el agua no era apropiada para una buena producción en reproductoras y la compañía decidió no comprar la propiedad.”
La grasa es otro componente de la dieta que debe ser considerado y vigilado cuidadosamente. Específicamente el ácido linoleico, un ácido graso esencial (AGE), que se requiere para mantener la integridad de la célula, un sistema inmune saludable, la fertilidad y el desarrollo embrionario óptimos. Dijo que el reemplazo de parte de la energía de carbohidratos por energía de grasa durante el tiempo de calor puede ayudar a las aves a sobrellevar mejor las condiciones causantes del estrés por calor. Las aves generan menos calor cuando digieren la grasa que cuando digieren carbohidratos. Proteína vs. aminoácidos Burnham explicó que la proteína cruda es simplemente una medida del contenido de nitrógeno del alimento o sus ingredientes. No da la información sobre la cantidad o disponibilidad de los niveles de amino ácidos en el alimento. El exceso de proteína tiene que ser digerido y genera calor, lo que contribuye al estrés por calor durante los meses cálidos, dijo Burnham. El exceso de proteína no es utilizado por el ave, se excreta como ácido úrico (nitrógeno), que a su vez aumenta los niveles de amoniaco en la caseta. De los aminoácidos, cuatro son de vital importancia para la salud del ave reproductora pesada: metionina y triptófano que son los dos primeros aminoácidos limitantes en una dieta maíz - soya y después lisina e isoleucina, que generalmente van en exceso y pueden tener un efecto negativo sobre la fertilidad. Una fórmula que suministre los niveles de nutrientes diarios adecuados dará óptimos resultados en la producción, tamaño del huevo y fertilidad, resultando en ganancias máximas. Burnham dijo que: los minerales tienen un impacto significante sobre el rendimiento, tanto del ave reproductora pesada como del pollo productor de carne. Los niveles y la relación de calcio y fósforo afectan la calidad de la cáscara y salud del esqueleto. Los minerales traza manganeso, zinc, selenio y cobre afectan la inmunidad y la integridad del esqueleto de la progenie. Las vitaminas de alta calidad, biológicamente disponibles A, D, E, K y las vitaminas B son clave para la salud de la reproductora y su progenie, dijo. Sin embargo, en los últimos años los productores integrados, buscando reducción de costos han estado reduciendo los niveles de vitaminas y minerales traza en el alimento, lo que según Burnham tiene consecuencias adversas en la progenie para carne. El dijo, “Veo más raquitismo en el campo a los 5 a 7 días, y estoy convencido que es un problema de nutrición de la reproductora.” “Los alimentos de las reproductoras tienen niveles marginales de zinc, cobre y manganeso disponibles y es claro que estamos viendo su efecto sobre el esqueleto.” El especialista en nutrición recomendó a los asistentes que traten de entender y apreciar más a las reproductoras pesadas. Añadió, “Necesitamos dedicar mas tiempo y recursos en ellas.” “Cuando tratamos de ahorrar unos centavos en las reproductoras, después puede costarnos muchos pesos — en producción de huevo, nacimientos y en producción de carne” El comparó entonces a los pollos de engorde con los automóviles “Necesitamos tener en mente que los pollos para carne de hoy en día son como los automóviles de carreras. Los autos de carrera necesitan el combustible adecuado y una gran cantidad de aire. No son como los autos viejos que funcionan sin necesidad de mucha atención. Debemos entender que entre más les pidamos a estas aves, debemos asegurarnos más de proveer la alimentación y el ambiente correctos,” dijo Burnham. Absorción de los alimentos: esencial para la buena salud intestinal Vieira Otras importantes estructuras que pueden resultar dañadas por la enfermedad intestinal son las vellosidades, que son unas diminutas estructuras en forma de tubo que recubren la superficie mucosa de la pared intestinal. Estas vellosidades aumentan de manera exponencial la superficie de absorción del intestino, continuó explicando. “En un centímetro de intestino se puede tener literalmente kilómetros de superficie de absorción,” precisó Vieira. “La digestión y la absorción dependen ambas de los nutrientes que entran en contacto con la mucosa sana del intestino, y si esto no ocurre, el ave no va a recibir los nutrientes que necesita para crecer a su máximo potencial.” Mucina La mucina, un fluido espeso secretado por los pollos que protege y nutre la delgada capa mucosa del intestino, está repleta de una gran variedad de microorganismos. Bajo circunstancias normales, la mucina ayuda a mantener sano el intestino, pero si factores como una enfermedad o la dieta provocan una producción excesiva de este fluido, aparecen problemas, indicó Vieira. La energía empleada para secretar mucina en exceso podría ser utilizada más productivamente por el ave para su crecimiento. Además, la hipersecreción de mucina produce las condiciones para la proliferación del protozoario parásito Eimeria, causante de la coccidiosis, señaló Vieira. Un efectivo control de la coccidiosis, el cual se logra con una dieta apropiada y la vacuna contra la coccidiosis, puede a su vez ayudar a contener otros patógenos. Por ejemplo, el Clostridium perfringens, que produce la toxina que da lugar a la enteritis necrótica, se ha asociado con la coccidiosis. Este microorganismo se encuentra en el intestino de pollos sanos, pero cuando su intestino queda dañado por la coccidiosis, la bacteria se multiplica y su toxina penetra en la pared intestinal. “Por ello resulta de tanta importancia controlar estas dos enfermedades, coccidiosis y enteritis necrótica, de una manera responsable y concienzuda,” explica Vieira. La falta de control de estas enfermedades puede dar lugar a problemas mayores en la absorción digestiva y a pérdida de aves. “Y esto es algo que debe preocuparle a todo el mundo,” añadió. Los alimentos con buena digestibilidad promueven la salud del intestino Gauer “El uso cada vez menor de los antibióticos promotores del crecimiento, que durante muchos años mejoraron la digestibilidad, al mantener las enfermedades intestinales bajo control, se ha asociado con una reducción del rendimiento del pollo, lo que incluye una reducción en la conversión alimenticia,” dijo Gauer. “También parece existir un incremento en la variabilidad, particularmente una brecha entre los mejores y los peores productores.” “Vemos que las diferentes granjas no responden necesariamente en la misma forma a los programas nutricionales o a los cambios del medio ambiente,” afirmó. “Estas tendencias nos indican que es más importante que nunca que los productores le den cuidadoso seguimiento a las granjas y a los planes de alimentación. Aunque la nutrición es una ciencia dinámica y aún hay mucho que aprender -dijo Gauer- un cuidadoso manejo nutricional podría ayudar incluso a las granjas menos productivas a mejorar la proporción de la conversión alimenticia cerca de 3 puntos (0.03),” predijo. Use materias primas de buena calidad “Una forma de lograr una mejor conversión alimenticia, está en reducir la variabilidad de la calidad de la materia prima de los alimentos. Los niveles variables de nutrientes y proteínas — ya sea por exceso o deficiencia, pueden tener como consecuencia disturbios intestinales,” dijo Gauer. Una herramienta útil para ayudar a estabilizar la calidad de materias primas tales como el maíz, es la tabla densimétrica o gravitacional, la cual tiene una superficie lisa que está inclinada hacia un lado. A medida que se suministra maíz a la superficie, el maíz más denso y más sólido se separa del más ligero y de menor densidad, así como de granos fragmentados y contaminantes. “Este es un proceso muy útil porque el contenido del maíz depende de la condición del grano, que puede variar hasta en un 10%. En el grano de soya la variación puede ser hasta del 40%,” dijo Gauer. La fibra afecta la conversión alimenticia La conversión alimenticia se ve afectada también por la fibra, continuó. Aunque los rumiantes absorben cerca del 80% y los cerdos cerca del 40% de la fibra ingerida, las aves domésticas sólo absorben el 25%. “Si reducimos la fibra, aumentará el contenido de energía del alimento,” dijo Gauer. “Eso tiene un efecto directo en la conversión alimenticia.” En un estudio citado por Gauer, los investigadores midieron el contenido de energía de las muestras de maíz de 22 regiones distintas de Estados Unidos y encontraron que algunas presentaban tan solo 2,900 Kilocalorías/kg y en otras hasta 3,500 Kilocalorías/kg. También encontraron que por cada 100 Kilocalorías, la conversión alimenticia, sufría una oscilación hacia arriba o hacia abajo de hasta 6 puntos (0.06). (Figuras 1 y 2.) El caso de la soya La soya entera, dijo Gauer, puede ser un importante ingrediente nutricional, por su alto contenido de proteína y de energía, pero si ésta no se procesa de manera correcta, puede haber la presencia de inhibidores del crecimiento. Algunos productores de alimento en Brasil, tienen éxito al utilizar un proceso mecanizado mediante el cual, una máquina con temperatura variable y controles de presión, se usa para tostar y/o triturar la soya entera, haciéndola más digestible y mejorando la conversión alimenticia. “Además, dijo Gauer, se ha demostrado que los alimentos procesados mediante un expansor, generalmente son más digestibles que los alimentos peleteados. Esto es cierto por igual en alimentos elaborados a base de maíz o soya.” Verificación de la mala absorción “Las necropsias son una buena forma de dar seguimiento a la absorción del alimento,” dijo. Cuando problemas de salud intestinal tales como coccidiosis, enteritis necrótica, o micotoxinas hacen difícil que las aves absorban adecuadamente el alimento, lo compensan a veces mediante el incremento del tamaño de su intestino. “Y toda la energía que las aves usan para este crecimiento adicional del intestino, se refleja en una reducción de conversión alimenticia.” “Definitivamente es perjudicial.” Gauer concluyó que simplemente prestar atención a la dieta del pollo, puede producir grandes dividendos. “Necesitamos estar conscientes del alimento que le damos a las aves, porque cuando no digieren su alimento, crean una capa de bacterias dañinas en el intestino, que pueden ser un sustrato ideal para el crecimiento de Clostridium y, si ya existe un daño por coccidiosis en el intestino, éste le da al Clostridium una luz verde.” Vacuna contra la coccidiosis, ionóforos comparables en costo Roney De acuerdo con el Dr. Stephen Roney, quien fuera director de servicios veterinarios de Gold Kist, Inc. durante la reunión celebrada en México y que ahora ejerce como consultor veterinario en los Estados Unidos, “Empleamos as vacunasde Schering-Plough contra la coccidiosis porque simplemente funcionan bien. Son una parte efectiva de todo nuestro programa general.” Gold Kist, el tercer productor de pollos de engorde más grande en los Estados Unidos antes que fuera adquirido por Pilgrim’s Pride, produce alrededor de 15 millones de pollitos de engorde por semana en nueve plantas localizadas en la región sureste del país. Se crían tres tamaños de aves, de 1.8 kg., 2.5 kg. y 3.2 kg. aproximadamente. Más o menos la mitad de las plantas maneja un solo tamaño, en tanto que el resto de las plantas trabaja con diferentes tamaños. “Sólo producimos un alimento iniciador y un alimento de engorde para todos nuestras aves, de manera que se pueden imaginar los retos que representa dirigir nuestros programas de control de coccidiosis,” afirmó Roney. Aun cuando se ha demostrado que las vacunas contra la coccidiosis ayudan a controlar brotes futuros de coccidiosis, cuando se introduce en galpones que no han tenido el problema de la enfermedad, las vacunas también pueden utilizarse con éxito en galpones en donde la coccidiosis está bien establecida, aseguró. Roney citó el ejemplo de un complejo de Gold Kist en donde la Eimeria maxima se había convertido en un problema después de 40 días, a pesar del uso de diversos ionóforos que ya no eran efectivos. “La única opción real que teníamos era utilizar una vacuna contra la coccidiosis y tratar de corregir el problema,” expresó. Desde que comenzamos la vacunación no ha habido evidencia posterior de coccidiosis clínica en el galpón. “Así que tenemos cuando menos ahora tenemos una experiencia en la que tuvimos una situación con demasiados coccidios y con la vacuna pudimos eliminar la enfermedad clínica de dicho ambiente,” explicó. Comparación de costos En los pollos que crecen hasta 7.5 libras, los cálculos indican que el costo de ambos se compara de manera favorable, señaló. De hecho, la vacunación contra la coccidiosis podría ahorrar cerca de 2.92 USD/1,000 aves, lo que se traduce en 2 920 dólares (EU) por semana o mes, aseguró Roney. Resulta más fácil aplicar vacuna contra la coccidiosis en aves de mayor tamaño, pues tienen más tiempo para recuperar cualquier peso perdido durante el ciclaje de ooquistes después de la vacunación, observó. Sin embargo, puede resultar conveniente agregar dicha vacuna a los programas de aves más pequeñas que cuentan con grandes volúmenes de parvadas durante todo el año, lo cual pone presión sobre los ionóforos. A pesar de que rotamos los ionóforos en el transcurso del tiempo, éstos se vuelven débiles, por lo que utilizamos las vacunas para resembrar las granjas con coccidios sensibles a ionóforos,” aseguró. Las operaciones que tienen vacíos sanitarios cortos entre parvadas hacen que la vacunación contra coccidiosis sea más desafiante, precisa. “La vacuna enfrentará un mayor desafío viral o bacteriano, de manera que dificulta la posibilidad de que cualquier vacuna funcione de manera adecuada,” explicó. Roney urgió a los productores a considerar el período de crianza cuando aplican la vacunación contra la coccidiosis. Durante los meses de invierno, los productores de pollos de engorde en el sureste de los Estados Unidos con frecuencia crían en un tercio o en la mitad de sus galpones para ahorrar dinero de combustibles para la calefacción. Sin embargo, la vacuna podría ser más efectiva si las aves tuvieran más espacio y hubiera una concentración más reducida de ooquistes de coccidias — los huevos parásito que transmiten la coccidiosis — en el piso del galpón de pollos de engorde. Una mayor área también contribuye a esparcir los ooquistes de vacuna, provocando con ello un cambio en la población de coccidios que son altamente susceptibles a los ionóforos. Cuando la vacuna está en ciclaje, conviene liberar a las aves a todo el galpón, por lo menos antes de que comience el segundo ciclo a la edad de 10 a 12 días, señaló Roney. Si bien es cierto que abrir el galpón completo a las aves durante los meses más fríos resultará en costos de calefacción más elevados, Roney cree que el gasto se recuperará con la ganancia de una acción óptima de la vacuna. Hubo una época en que los productores evitaban la vacunación contra la coccidiosis en el invierno puesto que pensaban que se humedecería demasiado la cama de paja en una época del año en que de todos modos tiende a conservar más humedad. También existía la preocupación de las reacciones a la vacuna. No obstante, el estado actual de la construcción de los galpones, junto con la existencia de mejores vacunas que causan menos reacción, ha reducido al mínimo dichas preocupaciones. “Ahora tenemos muchos productores que utilizan la vacuna contra coccidiosis todo el año, independientemente del mes que se trate,” afirmó Roney. Las vacunas contra la coccidiosis también están ganando terreno entre los avicultores que crían aves sin antibióticos en respuesta a la creciente demanda pública de pollos más naturales, explicó. “En el pasado, los mercados libres de antibióticos en todo el mundo aceptarían pollos que hubieran sido alimentados con ionóforos. Sin embargo, hoy en día muchos países ya no aceptan aves alimentadas con ionóforos, de manera que nuestra única opción para dichas aves es el empleo de la vacuna,” destacó Roney. La vacunación contra la coccidiosis actúa bien cuando no se utilizan coccidiostatos en alimentos en el programa de control o en un programa de rotación diseñado para restaurar la sensibilidad de los agentes anticoccidiales, señaló, y “nos ofrece la oportunidad de poner en reposo los pocos fármacos que todavía tenemos disponibles,” agregó el veterinario. El control de la coccidiosis y la salud intestinal están íntimamente relacionados Mosqueda El Dr. Angel Mosqueda Taylor, consultor avícola en México, señaló que “un buen control de la coccidiosis requiere una apropiada salud intestinal, tal como una buena salud intestinal necesita un adecuado control de la coccidiosis.” Un paso general importante que se puede tomar para lograr una buena salud intestinal es evitar el estrés por calor. Este tipo de estrés aumenta la temperatura corporal que da origen a jadeo y deshidratación, así como a pérdida de peso. Asimismo, afecta de manera negativa la química sanguínea, causando cambios fisiológicos que pueden suprimir la función del sistema inmune. Otra consecuencia adversa del estrés por calor es que aumenta la permeabilidad intestinal, dando como resultado una fuga de bacterias, en particular E. coli, a través de la pared intestinal y hacia el torrente sanguíneo. Se sabe bien que las aves afectadas por estrés de calor disminuyen su ingesta de alimento, lo que produce una reducción en la ganancia de peso. Pero todavía no es bien sabido que cuando los pollos vuelven a consumir alimento, tienden a comer demasiado y son incapaces de digerir y absorber adecuadamente el alto volumen de alimento, indicó. El resultado es una mayor alteración digestiva. Tamaño de las partículas de alimento La granulometría del alimento es un asunto crucial de control para mejorar la salud intestinal, continuó Mosqueda. “Si bien un diámetro mayor de la partícula del alimento puede producir una ganancia de peso más significativa a los 21 días, quizá no sea así durante la primera semana de vida, pues podría ser demasiado grande para que los pollos coman en forma eficiente,” explicó. Aves vacunadas En aves vacunadas contra la coccidiosis, el consultor recomendó una estricta vigilancia. “Esto es importante puesto que en ocasiones vemos aparecer lesiones asociadas a Eimeria 10 a 15 días después de la aplicación de la vacuna,” afirmó. En algunos casos, señaló, podría ser conveniente utilizar coccidiostatos moduladores. “Necesitamos monitorear las deposiciones, poniendo particular atención a la ganancia de peso, estado físico general y, desde luego, a las cifras de mortalidad,” destacó Mosqueda. Se deben realizar necropsias también para revisar la función respiratoria, el estado inmune y la presencia de coccidias. El logro de los dos objetivos: control de la coccidiosis y salud intestinal general, se basa también en el control de calidad, aseguró Mosqueda. “Estamos complacidos de ver cuántas compañías están implantado planes de aseguramiento de calidad en sus plantas de alimento y de procesamiento, lo que está generando mejores animales y mejores rendimientos,” añadió. Por último, pero no menos importante, es que resulta esencial llevar a cabo un seguimiento riguroso de los resultados, señaló Mosqueda. “Lo que no se analiza es muy difícil mejorar.” Las vacunas traen flexibilidad y ahorros a los programas de nutrición Barragán “Ya no necesitamos limitarnos a los coccidiostatos,” aseveró Barragán. “En lugar de los alimentos iniciadores, de crecimiento y finalizadores habituales, diseñados para dar cabida a los coccidiostatos en alimento, y sus tiempos de retiro, podemos utilizar vacunas y aprovechar las estrategias nutricionales que se adecuen a las cambiantes necesidades de los pollos de engorde en sus distintas etapas de vida.” Dichas estrategias ayudan a establecer la salud intestinal desde las primeras etapas de la vida y protegen a las aves durante el periodo posterior de engorde. Asimismo, pueden reducir la mortalidad ulterior en la vida de las aves, cuando las pérdidas resultan más costosas debido a los recursos que se han invertido, indicó (Figura 1). “El efecto de la mortalidad en los costos es progresivo, y aumenta hacia los últimos días del período de crecimiento,” explicó. El objetivo de los criadores debería ser reducir la mortalidad final mediante el uso de vacunas para fortalecer el sistema inmune, asegurando un buen saneamiento y el óptimo uso de estrategias de alimentos para aumentar la digestibilidad durante el periodo de engorde, reduciendo así las muertes metabólicas. Reducción de la conversión alimenticia Diversos estudios han demostrado claramente que las reducciones en la tasa final de mortalidad también reduce la conversión alimenticia, expresó Barragán. “Por cada punto que reduzcamos la mortalidad final, estaremos reduciendo un punto porcentual (1.0%) en la conversión (alrededor de 20 gramos o 0.045 libras), reveló. La digestibilidad es también la clave para la formulación de alimentos de segunda etapa efectivos, dijo Barragán a los presentes. “Esto puede significar que se eleve la calidad de las materias primas que utilizamos para mejorar la digestibilidad,” agregó. “Ello ayudaría a mantener no sólo el crecimiento, sino también la salud intestinal al reducir la cantidad de bacterias residuales que permanecen en el intestino, bacterias que pueden nutrir microorganismos dañinos.” Estos cambios pueden incrementar los costos de la fase iniciadora y de crecimiento, pero si se utilizan junto con las vacunas, los criadores pueden recuperar dichos costos y más. “Al final ahorrarán dinero, pues no necesitarán un alimento finalizador costoso,” aseguró. Más valor en carne Para ilustrar lo anterior, Barragán mostró datos a los asistentes obtenidos de un estudio reciente que él llevó a cabo. Comparó un esquema de tres alimentos a base de vacuna con un ácido orgánico con el esquema estándar, esto es, el programa de tres alimentos que empleaba fármacos para el control de la coccidiosis. El costo del alimento en el esquema con vacuna fue €10.73 más que un esquema de tres fases con fármaco. No obstante, las aves vacunadas rindieron €19.68 más en valor carne. De igual manera, el uso de una dieta de cuatro fases aumento el costo del alimento en €02.90 en las aves con vacuna, pero también aumentó el valor de carne en €06.32 . Cuando los animales van a la planta de procesamiento con grandes pesos, por ejemplo, alrededor de 2.5 kg (5.51 libras), es factible alimentar sólo una ración de tres alimentos. “Sin embargo, si se llevan al matadero animales de menor tamaño, como de 1.8 kg a la edad de 36 o 37 días, sería deseable utilizar un esquema de cuatro alimentos para lograr un peso óptimo en aquellas aves más pequeñas,” explicó. Al incrementar la ganancia diaria promedio de las aves a razón de 1 gramo (0.002 libras) por día, los productores podrían reducir potencialmente, bajo condiciones óptimas, la conversión alimenticia en 70 gramos (0.154 libras), para una reducción en el costo del alimento de cerca del 3.5%. La reducción de la mortalidad en un punto porcentual único puede disminuir las tasas de conversión alimenticia en 20 gramos (0.045 libras), lo que es equivalente a una reducción de 1% en el costo de alimento, señaló. “Hasta la fecha, todos han estado hablando sobre la concentración de alimento, los niveles de energía y los niveles de proteína, pero hay mucho más que esto. Ahora comprendemos que es todavía más importante maximizar la digestibilidad,” concluyó. Algunos productores de pollos de engorde, en especial aquellos que han estado utilizando los mismos enfoques nutricionales durante años, quizá encuentren difícil de asimilar y aceptar esta nueva manera de pensar. “Pero ahora creemos que es posible reducir la concentración de alimento con estos nuevos conceptos, al tiempo que se mantiene un buen rendimiento,” expresó. “Esta es una nueva manera de ver las formulaciones alimenticias para pollos de engorde y creo que esto va a ser el futuro de la producción de pollos de engorde.” Estado del manejo de la coccidiosis Alfonso En el curso de los años han surgido muchos químicos y fármacos anticoccidiales eficaces para el control de la coccidiosis, pero todos ellos comparten una característica común: están sujetos a una pérdida gradual de la eficacia debido al desarrollo de cepas resistentes, señaló la Doctora. Aun si se dispusiera de nuevos ionóforos o químicos anticoccidiales en el alimento, todavía existe la probabilidad de resistencia si se abusa de los productos. “Esto es el caso particular de los agentes químicos que tienden a sufrir el impacto mucho antes que los ionóforos, pues su vida útil es mucho más corta,” indicó. La probabilidad de que se genere resistencia es la causa por la cual las compañías farmacéuticas vacilan en invertir tanto el tiempo como los millones de dólares que conlleva sacar un nuevo coccidiostato al mercado. De hecho, ninguno de estos agentes está disponible en la industria desde el año 2000, afirmó Alfonso. Presión del consumidor El desarrollo de nuevos coccidiostatos se ha estancado debido a presiones tanto de los consumidores como regulatorias, continuó diciendo. Existe una creciente demanda pública de carne que tenga garantía de no contener residuos de fármacos. Esta tendencia queda claramente demostrada con el incremento en las ventas de productos cárnicos orgánicos que no contienen antibióticos, incluyendo aves de corral, y no parece haber ninguna señal de que esta curso vaya a abatirse en el corto plazo, comentó. La Dra. Alfonso manifestó que en la Unión Europea se inició la ya muy anunciada prohibición del uso de antibióticos promotored de crecimiento en los alimentos de alimentos, y hay quienes predicen que a la larga los coccidiostatos en alimentos también podrían quedar prohibidos. Vacunas que han aumentado en uso En tanto los fármacos y químicos para combatir la coccidiosis parecen ir languideciendo en el mercado, la situación de las vacunas contra la coccidiosis es bastante diferente, afirmó la Dra. Alfonso. Las ventas de estas vacunas van al alza y su empleo está impulsado por un simple aumento en el número de vacunas en el mercado, así como en el mejoramiento de los productos existentes. Las vacunas contra la coccidiosis se solían administrar en el agua o el alimento, pero la uniformidad de la distribución de la misma era menos que óptima. No obstante, el advenimiento del gabinete de rociado Spraycox II, que se emplea en la planta de incubación para rociar a los pollitos de un día con la vacuna, ha dado lugar a una distribución más uniforme de la misma, lo que intensifica su eficacia. Es posible que a la larga algunos avances en el control de la coccidiosis resulten de la mejor en la genética de aves que produzcan pollos más resistentes a enfermedades, predijo la Dra. Alfonso. Los estudios inmunobiológicos también son prometedores, destacó la Dra. Alfonso. Las preguntas clave son: ¿Cuáles son los antígenos inmunoprotectores en estos protozoos? ¿Cómo responden las aves a estos antígenos para desarrollar inmunidad? La respuesta a estas preguntas podría dar lugar al desarrollo de estrategias inmunoprotectoras contra la coccidiosis. Coccidiosis asociada a otras enfermedades Una interesante área de investigación está examinando las asociaciones entre la coccidiosis y otras enfermedades, expresó la Dra. Alfonso. Parece ser que al controlar la coccidiosis se podría controlar otras enfermedades. “Los investigadores han destacado que las aves que tienen daño en el intestino causado por el coccidio… tienen mayor probabilidad de desarrollar enteritis necrótica,” la cual es productouna toxina producida por cepas toxigénicas de la bacteria Clostridium perfringens gram-positiva, observó. Asimismo, la Dra. Alfonso añadió que en Europa la incidencia de enteritis necrótica ha aumentado de manera dramática desde que las autoridades prohibieron el uso de estos anti- bióticos promotores de crecimiento en los alimentos. Vacuna contra la enteritis necrótica Una alternativa a los antibióticos en alimentos para el control de la enteritis necrótica es una vacuna denominada toxoide de Clostridium perfringens tipo A desarrollada por Schering-Plough Animal Health, aseveró Alfonso. La vacuna, que ahora se está utilizando en los Estados Unidos bajo una licencia limitada, se administra a las gallinas en dos ocasiones: a las 10 a 15 semanas de edad y luego a las 17 y 20 semanas. La vacuna da lugar a altos títulos de anticuerpos contra la toxina del Clostridium perfringens, y esa protección se transmite a la progenie de las gallinas a través de todo su ciclo de postura de 65 semanas. “Vacunar a las gallinas elimina la necesidad de vacunar a los pollos individualmente,” señaló e hizo notar que la inmunidad transferida por las gallinas a la progenie se conoce como “inmunidad pasiva.” Se puede obtener mayor información sobre la vacuna, la primera en el mundo en la industria avícola, en la página www.netvaxforpoultry.com. Dermatitis gangrenosa El ciclaje coccidial tardío, que con frecuencia ocurre cuando se utilizan anticcocidianos ionóforos, también se puede asociar con el desarrollo de dermatitis gangrenosa, la cual también puede ser causada por C. perfringens, mencionó. “Recientemente algunos productores e investigadores han observado que altos niveles de ooquistes de coccidias en pollos de engorde de 35 a 40 días de vida parecen estar asociados con la aparición de lesiones de dermatitis gangrenosa.” La teoría es que cuando el ciclaje coccidial tardío daña el delicado recubrimiento del intestino, dicho daño prepara el terreno para la proliferación y producción de toxina de C. perfringens, lo que resulta en una dermatitis gangrenosa, expuso. Existe una gran cantidad de aspectos complejos asociados con la coccidiosis y todos nosotros –veterinarios, técnicos, nutricionistas, personal de incubadoras y granjeros— debemos traba-jar juntos para resolver el rompecabezas,” declaró Alfonso. Nota del editor: Para mayor información sobre la dermatitis gangrenosa, vea el artículo que comienza en la página 24 de este número. Regresar a Edición Latinoamericana (#2) |