"Está bien reconocido que ésta es la tendencia del futuro."
DR. JEAN CARLO CURY MANFREDINI

En términos generales, el negocio del pollo de engorde en Brasil ha venido marchando muy bien últimamente, aunque a los productores les preocupa el futuro, sobre todo porque sus clientes de exportación los presionan cada vez más por el tema de la inocuidad.

El Dr. Jean Carlo Cury Manfredini, representante de la Asociación Brasileña de Productores y Exportadores Avícolas dijo que desde sus modestos inicios a finales de la década de 1960, esta industria brasileña ha mostrado un incremento casi continuo en ventas, a diferencia de las carnes de res y cerdo (Figura 1).

El consumo interno de carne de pollo en Brasil representa aproximadamente 71% de la producción, mientras que el 29% restante se exporta. Se espera que las ventas a otros países asciendan a casi 10,000 toneladas métricas en 2007, dijo Manfredini. "Esto es un incremento de casi 10% con respecto al año anterior y representa casi el 17% del mercado mundial de exportación" (Véase la Figura 2).

Brasil comenzó a exportar (principalmente canales enteras) a varios países del medio oriente desde la década de 1970, cuando los mercados comenzaron a abrirse. Sus ventas luego llegaron al lejano oriente. Japón pronto se convirtió en el primer cliente asiático sustancial para las exportaciones brasileñas y esta relación comercial continúa. Mientras tanto, las exportaciones a los mercados europeos han venido creciendo también.

La influenza aviar desalienta las ventas

Sin embargo, el éxito de la industria avícola brasileña ha tenido que superar algunos tropiezos. La preocupación por la influenza aviar afecto´ las ventas en 2006. "Tuvimos una disminución de casi 5%, especialmente en Europa y pensamos que una buena parte de ello se debió a las preocupaciones por el virus H5N1."

La salmonella ha sido otra preocupación continua, aunque en este campo hemos logrado desarrollos importantes, dijo Manfredini.

El Codex Alimentarius, comisión establecida conjuntamente entre la Organización Mundial de la Salud y la Organización de las Naciones Unidas (OMS/ONU) para supervisar y llevar un control de la seguridad o inocuidad alimentaria, formó un comité especial para evaluar el problema, que en un principio propuso establecer normas para insistir en tolerancia cero con respecto a salmonella. A la fecha, todavía continúan los trabajos para el establecimiento de las normas.

"Sabemos bien que el tema de la tolerancia cero está generando discusiones muy intensas en la industria avícola," dijo. Algunos autores consideran que el reconocimiento del problema de salmonella es un buen signo para la industria y, gracias a las nuevas opciones que existen para manejarla con efectividad, la tolerancia cero puede ser ahora un objetivo más realista que en el pasado.

El Codex Alimentarius también está publicando constantemente act-ualizaciones sobre los niveles máximos permitidos de fármacos en la carne. Están haciendo un esfuerzo continuo y formidable, en respuesta a las crecientes demandas de consumidores y organismos gubernamentales.

La enfermedad de las vacas locas crea preocupación

Los problemas que afectan a otras industrias cárnicas, como la encefalopatía esponjiforme bovina o enfermedad de las vacas locas (N. del T.: BSE por sus siglas en inglés) que surgió en Inglaterra en la década de 1990, ha atraído grandemente la atención hacia la inocuidad de los alimentos. Además, los avicultores se enfrentaron todavía a más problemas cuando se detectaron dioxinas en pollos de Bélgica algunos años después, aclaró el doctor.

Irónicamente, el aumento en las preocupaciones por residuos de fármacos en los alimentos ha aumentado en la medida en que se mejora la capacidad de detectarlos, dijo el orador. "Ahora contamos con tecnología para diagnosticar la presencia de algunos compuestos químicos en niveles de una parte por millón y hasta una parte por billón, haciendo cada vez más difícil la labor de eliminar estos residuos a niveles tan bajos."

Existe además la preocupacion de que la administración de antibióticos en las raciones de los animales productores de alimentos para consumo humano pueda generar resistencia entre los microrganismos que afectan a la gente. "Todos estos acontecimientos están teniendo efectos significativos sobre nuestros mercados de exportación," dijo Manfredini, como la cada vez mayor demanda de productos libres de fármacos. Todo esto coincide con el hecho de que los avicultores brasileños se enfrentan a precios cada vez más altos del maíz, tipos de cambio desfavorables y presiones de los activistas en materia de bienestar animal, dijo.

Trazando el rumbo

Manfredini propuso a los productores de carne de ave respaldar la adopción de los reglamentos del Codex Alimentarius en lo referente al uso de fármacos en la producción animal.

"Al apoyar la adopción de límites máximos realistas de residuos, los exportadores se nivelaran en los mercados internacionales" dijo. "Tendremos una idea más clara de dónde debemos estar y esto será de gran ayuda para todos."

Si los productores utilizan un producto genérico, Manfredini les recomienda asegurarse de que verdaderamente tenga bioequivalencia con el original. "Sabemos que éste no siempre es el caso, por lo que es vital asegurarse que los medicamentos tengan la potencia verdadera para no correr el riesgo de crear microorganismos resistentes."

Finalmente, el ponente hizo énfasis en que los productores deben apoyar los esfuerzos para desarrollar la tecnología de otros elementos de ayuda como vacunas, pre y probióticos, porque estos productos permiten que las aves que no habrán de recibir antibióticos tengan un mejor arranque, ayudando así a estos productores a elevar al máximo sus ganancias.

"En Brasil apenas estamos empezando a producir pollo sin antibióticos, pero está bien reconocido que ésta es la tendencia del futuro," expresó.

"Debemos sacar ventaja de las vacunas y otras herramientas para mantener a nuestras aves sanas, evitando así la necesidad de usar antibióticos en las dietas."

Primavera 2008

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