Una empresa con proyección mundial Granja Tres Arroyos
La atención cuidadosa a la dieta y el
enfoque actualizado del control de la
coccidiosis han ayudado a una empresa
avícola líder en Argentina a lograr buena
salud intestinal y a satisfacer las demandas
de los mercados internacionales.
El crecimiento internacional de Granja
Tres Arroyos, S.A. –con base en Buenos
Aires– ha sido continuo, explicó su gerente
de producción, el Dr. Héctor Arbiza. Parte
de este éxito se puede atribuir al tipo de
cambio favorable en años recientes, a
las altas normas de calidad de nuestros
productos y a la buena salud animal, como
por ejemplo la ausencia de influenza aviar
y el mejor control de la enfermedad
de Newcastle.
Ha sido igualmente importante nuestro
esfuerzo por adoptar prácticas en las
áreas de nutrición y salud intestinal, que
nos ayudan a satisfacer los deseos de
los clientes internacionales, que exigen
carne de aves desarrolladas con menos
medicamentos.
Fue hace aproximadamente 5 años –dijo
el Dr. Horacio Gamero, médico veterinario
de la división de pollo de engorde de Entre Ríos– que la compañía comenzó
con su línea de pollos “naturales”, que
actualmente representa 100,000 aves por
semana. La dieta de estos pollos está 100%
libre de subproductos de origen animal,
antibióticos promotores del crecimiento y
fármacos anticoccidiales. Para el control
de la coccidiosis, la empresa utiliza
continuamente la vacunación Coccivac-B.
Más del 30% de la
producción de la compañía
se envía a más de 64
países incluyendo España,
Francia, Inglaterra,
Alemania, Holanda, Italia,
Bélgica, Rusia, Chile,
China y Japón.
Las prácticas progresistas que
caracterizan actualmente a las
operaciones de la empresa, contrastan
con nuestros humildes orígenes en
1935, cuando Gaspar de Grazia y su
hermano emigraron de Italia a Argentina,
en busca de prosperidad. Comenzaron
a vender pollo en las calles de Buenos
Aires y luego abrieron un puesto en el
Mercado Porteño. En 1985, iniciaron oficialmente la compañía, como la
conocemos hoy.
Actualmente, Granja Tres Arroyos da
empleo a más de 3,000 personas
altamente calificadas en todas las áreas
de producción. Sus modernas instalaciones
incluyen granjas de reproductoras y pollos
de carne, mataderos que procesan pollo
entero, pollo cocido y productos de gallina;
granjas de investigación, desarrollo, y su
propio laboratorio. Más del 30% de la
producción de la compañía se envía a más
de 64 países incluyendo España, Francia,
Inglaterra, Alemania, Holanda, Italia,
Bélgica, Rusia, Chile, China y Japón.
Tan solo la división de pollo de engorde
–ubicada en la Provincia de Entre Ríos–
cuenta con más de 350 granjas y más de
7.6 millones de aves en crecimiento, por lo
que el inicio de procedimientos nuevos no
es tarea fácil.
“En un principio fue difícil implementar la
vacunación con dietas libres de promotores
de crecimiento antibióticos y drogas
anticoccidiales”, dijo el Dr. Gamero, pues
los resultados originales no fueron los
deseados; no obstante, después de
realizar varias pruebas en nuestra granja
experimental y gracias a la experiencia
adquirida en el campo, hicimos ajustes nutricionales con las formulaciones a
base de proteína vegetal, hasta que los
resultados con la línea de pollo natural
fueron similares a los obtenidos con las
aves criadas de manera convencional.
Dr. Gamero: Con la vacunación podemos resolver en parte la coccidiosis subclínica.
EXPANSIÓN DE LA
VACUNACIÓN
En 2007, la experiencia con la línea de
pollo natural –junto con la aparición de
coccidiosis subclínica en las aves
alimentadas convencionalmente con
drogas anticoccidiales durante los meses
de calor– hizo que el cuerpo técnico
sugiriese usar la vacunación en el 100%
de los pollos de carne de la empresa.
De diciembre de 2007 a mayo de 2008,
todas las parvadas convencionales
destinadas al mercado local recibieron Coccivac-B. El equipo técnico planeó
comenzar la vacunación en octubre de 2008
para interrumpirla en abril del siguiente
año, con el fin de utilizar promotores del
crecimiento y anticoccidiales químicos e
ionóforos en rotación.
“La época de calor comienza en octubre y
pensamos que con la vacunación podemos
resolver algo de la coccidiosis subclínica
que hemos observado. Los resultados
iniciales fueron promisorios, considerando
que ésta fue nuestra primera experiencia”,
explicó el Dr. Gamero.
Otra ventaja de vacunar contra la
coccidiosis es que no existe un período
de retiro de coccidiostatos, según señaló
el Dr. Arbiza.
Dijo que el inicio del uso de la vacuna
requirió logística y planeación en la planta de alimentos, pues los pollos vacunados no
deben consumir dietas con anticoccidiales,
pero afortunadamente “logramos hacer los
ajustes necesarios”.
SE RECOMIENDAN TRES
CICLOS CON LA VACUNA
Los técnicos de Intervet/Schering-Plough
Animal Health recomendaron que en la
línea de aves convencionales, se deberían
producir cuando menos tres ciclos de
parvadas con Coccivac-B, con el objeto
de sustituir a los ooquistes resistentes en
los galpones con ooquistes vacunales,
sensibles a los anticoccidiales que se
utilizan en la ración.
Antes de usar la vacuna, cuando
aparecieron algunos brotes de coccidiosis
subclínica, “estábamos perdiendo algunos
puntos de eficiencia alimenticia. La
restricción del alimento durante el verano
aumentó la incidencia de la enfermedad.
Cuando menos eso fue lo que pensé”,
dijo el Dr. Gamero. Una vez iniciada la
vacunación, los resultados fueron
evidentes. El verano pasado, nuestros
índices de productividad fueron mejores
que los de años anteriores.
El Dr. Arbiza continuó explicando que con
la vacuna contra la coccidiosis también
se observó una tendencia a disminuir la
mortalidad en las parvadas destinadas al
mercado local, variando del 5 al 7% al
final de cada ciclo. Esto fue muy bueno,considerando que el peso de los pollos
producidos en Argentina es de 2.6 a 2.7 kg.
“Son cifras muy razonables por la alta
densidad de población en esta área del
país”, dijo.
Para reducir todavía más el uso de
fármacos en todas las líneas de producción
y no sólo en la de pollo natural, el equipo
técnico ha estado trabajando durante dos
años en un programa de bioseguridad.
Esto no significa que no tendremos
problemas, pero la salud de las parvadas
es muy buena en lo que respecta a
enfermedades infecciosas, dijeron
los doctores.
“Las exigencias de algunos mercados
nos obligan a usar antibióticos sólo bajo
prescripción de un médico veterinario
acreditado. Además, tenemos el acuerdo
de notificar a algunos de nuestros clientes
si se utiliza algún medicamento”, agregó
el Dr. Arbiza.
USO DE ENRADIN PARA EL
CONTROL DE CLOSTRIDIUM
Recientemente, Granja Tres Arroyos
implementó otro cambio en su programa de
salud intestinal, que consiste en el uso de
Enradin (enramicina).
Dr. Arbiza: Tendencia hacia una menor mortalidad.
Tomamos la decisión de usar este producto
junto con la vacuna contra la coccidiosis,
debido a la capacidad del Enradin para
controlar al Clostridium en el intestino. Esta bacteria es desencadenante de la enteritis
necrótica, dijeron los médicos.
En los pollos destinados al mercado local,
la compañía antes utilizaba bacitracina de
zinc en los preiniciadores, pero una vez que
comenzamos con la vacunación contra la
coccidiosis, empezamos a administrar
Enradin entre los 14 y 28 días, que es el
período más crítico, dijo el Dr. Gamero.
“El producto ayuda a controlar los
clostridios en el intestino. Después del
Enradin, regresamos a la bacitracina a
dosis normales. Esto nos ha dado buenos
resultados, pues no hemos tenido brotes
de enteritis necrótica”, agregó.
Ponemos tanto cuidado en las dietas de
las aves para el mercado local como
para la línea natural. El nutricionista de la
compañía, Ing. Agr. Máximo Liñeiro, se
enfoca en la importancia del concepto de
la “proteína ideal”, que depende de las
proporciones correctas y balanceadas de
aminoácidos digestibles.
“Tenemos que lograr la proporción ideal
de aminoácidos y esto también nos ayuda
grandemente a prevenir los problemas
clostridiales. Los niveles de treonina –
por ejemplo– “son una parte crucial de
la dieta, pues este aminoácido es muy
importante para el epitelio intestinal”, dijo,
haciendo notar que el ajuste de los niveles
de cloruro de sodio también han mejorado
la salud del intestino.
El Dr. Arbiza enfatizó que el uso combinado
de Coccivac-B y Enradin mejoró la salud
intestinal en las aves de la empresa
destinadas al mercado local, en el año en
que surgieron los problemas.
“Hoy, la salud intestinal es muy buena”,
agregó. “Creemos que parte de ello se le
puede atribuir a los beneficios obtenidos
con la sustitución de la población de
ooquistes en nuestra cama con los que
contiene la vacuna, que son sensibles a
los anticoccidiales usados en el alimento”.
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