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Virulencia de las cepas de E. cecorum
20 April 2023Algunas cepas de E. cecorum están provocando la muerte de pollos de engorde en un plazo de 2 semanas.
Por Chris Wright
Se sabe que las cepas virulentas de Enterococcus cecorum se extienden más allá del tracto gastrointestinal de los pollos de engorde y causan septicemias acompañadas de lesiones medulares (espondilitis enterocócica), lo que provoca parálisis y mortandad en etapas avanzadas del ciclo productivo. En contraste con ese cuadro clínico tradicional, hay cada vez más informes de picos de mortalidad a las 2 semanas debido a pericarditis por E. cecorum, como afirmó Grayson Walker en el Foro Científico Avícola Internacional de 2023.
Walker, que es estudiante de posgrado, y sus colegas de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Carolina del Norte investigaron las posibles causas de dicho cambio en la evolución clínica de la bacteria E. cecorum. Las relaciones genéticas entre 54 aislados de E. cecorum de lesiones medulares (SA), lesiones pericárdicas (PC) y residuos de incubación se obtuvieron de múltiples granjas del sudeste de los Estados Unidos y se determinó el genotipo usando electroforesis en gel de campo pulsado, afirmó.
Un análisis de conglomerados en bandas con un umbral de identidad del 80 % reveló que había 3 grupos distintos que estaban asociados predominantemente a lesiones medulares o pericárdicas o a residuos de incubación. Se seleccionó un subconjunto de 36 aislados en representación de cada grupo para realizar la secuenciación del genoma completo y análisis filogenético de polimorfismo de nucleótido sencillo, explicó.
Walker mencionó que las cepas de lesiones pericárdicas eran genéticamente distintas de las cepas de lesiones medulares y se agrupaban con aislados de residuos de incubación en el análisis filogenético. En un ensayo sobre letalidad embrionaria, seis cepas vinculadas con la pericarditis fueron moderadamente virulentas (entre 63 % y 73 % de supervivencia) con respecto a la SA3, una cepa bien caracterizada de virulencia confirmada y aislada a partir de una lesión medular (50 % de supervivencia), agregó.
En un modelo experimental de aves infectadas, 3 grupos de 120 pollos de engorde de 1 día de edad se distribuyeron aleatoriamente en 6 corrales iguales por grupo y se los inoculó por vía oral con cepas vinculadas con la pericarditis o con SA3. Walker indicó que se obtuvieron cultivos del bazo los días 14 y 35 para vigilar la septicemia y se realizaron cultivos con líquido pericárdico de todos los pollos de engorde sacrificados que presentaban pericarditis aguda.
Mencionó que, sorprendentemente, una exposición con SA3 provocó una prevalencia de la sepsis y la pericarditis similar o considerablemente mayor (P ≤ 0.05) que una exposición con cepas vinculadas con la pericarditis.
Esos datos indican que las cepas patógenas de E. cecorum vinculadas con la pericarditis y mortalidad temprana suelen diferenciarse de las cepas aisladas a partir de lesiones medulares; no obstante, aún no quedan claros los factores de predisposición y las alteraciones de los mecanismos de virulencia que provocan la septicemia aguda, concluyó Walker.
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