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Consejos para la prevención de los incendios en las naves avícolas

18 February 2016

El incendio de una nave avícola es una verdadera catástrofe para el avicultor, pues no solo supone la pérdida del edificio sino también de las aves que acoge. Los grandes productores pueden llegar a perder decenas de miles de aves, por no hablar de los costes de la reposición del equipamiento y de las instalaciones. Dan Turner del Reino Unido describe algunas medidas de prevención.

La prevención es primordial en la lucha contra los incendios, puesto que una vez declarados suelen ser difíciles de extinguir a tiempo; los pasos a seguir son bastante sencillos, pero el productor los ha de cumplir a rajatabla.

Comprobar que todo funcione bien

Más que nada, un buen mantenimiento es lo más importante.

Los sistemas de calefacción a gas y eléctricos de las naves han de estar ubicados cuidadosamente y ser revisados con regularidad para evitar cualquier contacto con materiales inflamables. Es preciso mantener correctamente las criadoras infrarrojas para los pollitos y almacenarlas de manera adecuada, guardando siempre el combustible en otro edificio separado. La instalación eléctrica debe ser objeto de un mantenimiento riguroso que incluya la revisión periódica del cableado para sustituir los cables desgastados o rotos.

Sin duda el mejor momento para efectuar las labores de mantenimiento es cuando la nave está vacía. Es también el momento más importante para detectar cualquier anomalía peligrosa.

La mayoría de los incendios ocurren poco después de la entrada o la salida de un lote de la nave. El movimiento a gran escala que supone y el equipo necesario para ello puede causar daños en las tuberías del gasóleo, el cableado eléctrico o la circuitería.

Revisar el estado de las naves

La antigüedad de la construcción y de los sistemas instalados en su interior, constituye otro factor crítico para la prevención de los incendios. Es conveniente seguir siempre las instrucciones del fabricante para el manejo de cualquier equipo y los sistemas de calefacción no son ninguna excepción.

La instalación eléctrica ha de ser revisada por un electricista al menos cada quince años y cada vez que se instale un nuevo equipo se ha de comprobar su idoneidad. También es importante sustituir cada quince años los cortacircuitos.

El fuego es el responsable de la pérdida del 75 por ciento de los edificios agrícolas e industriales de más de 20 años de antigüedad, por lo que es fácil apreciar la importancia que a la larga puede tener la reposición de esos sistemas.

El personal que trabaja en la granja desempeña un papel crucial en la prevención de los incendios. Todo aquel que trabaje en las naves o en sus inmediaciones debe saber perfectamente qué cosas pueden provocar un incendio y reconocer los problemas y averías del equipo que son peligrosas, así como los malos hábitos que aumentan el riesgo de accidente.

Siempre debe haber como mínimo un miembro del personal encargado de tomar las medidas necesarias y de coordinar a los demás en caso de incendio. Pero recuerde: la prevención es capital.

Disponer una salida de emergencia para las aves

Las directrices en vigor que protegen a las aves deben ser igual de estrictas en cuanto a la ubicación de las salidas y los accesos a ellas. En las naves comerciales las normativas tienen en cuenta la enorme escala de la producción y, entre otras medidas, exigen varias salidas en aquellas que superan los treinta metros de longitud.

Para la protección de las aves en un sentido más general, todas las puertas de la nave han de poder abrirse hacia dentro y hacia fuera. Esto facilita el rápido acceso de los servicios de bomberos al mismo tiempo que una salida rápida para las aves en caso de incendio. Con ello, además, se facilita su huida con la mínima intervención humana.

La instalación de detectores de humo y de calor es otro aspecto primordial para evitar la pérdida de vidas y bienes, que se debe exigir con el fin de dotar de un entorno más seguro para las aves.

Existen amplias guías oficiales que abordan los cuidados que requieren las aves de corral y que se pueden consultar de forma gratuita a través de internet. Las guías conducen al lector por las prácticas de manejo adecuadas, y la prevención de los incendios en particular.

Estar prevenido para el peor de los casos

Las consecuencias de un incendio pueden ser calamitosas para el avicultor industrial, aunque tenga contratadas pólizas de seguros que cubran la pérdida del lote, los costes de la reconstrucción de las instalaciones y la pérdida de ingresos por la producción malograda.

El avicultor también debería contar con un plan de emergencia en caso de incendio. Este tipo de precauciones exige mucha planificación de antemano, pero si se quiere evitar la pérdida de ingresos o la rescisión de los contratos de proveedor, la adopción de medidas contraincendios puede evitar que el accidente suponga la ruina para la explotación.

A la hora de planificar esas medidas, merece la pena recordar que existen muchas entidades dispuestas a ofrecer asesoramiento sobre protección contraincendios.

El asesoramiento abarca aspectos como la prevención del fuego en sí y la formación del personal en situaciones de emergencia, hasta las normas constructivas más modernas y la mejor cobertura de seguros que suscribir.

También conviene recordar que, en caso de duda, siempre es mejor buscar el consejo de los expertos.

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