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Aptitud reproductiva de machos programados para madurar a edades tempranas
22 November 2010Someter a los machos a iluminación artificial en una etapa temprana reducirá los costos del alimento balanceado y el tiempo para que alcancen la madurez sexual, de acuerdo con lo que señalan el Dr. Keith Bramwell, Jonathan Moyle y Doug E. Yoho, investigadores de la Universidad de Arkansas, en un informe de trabajo patrocinado por la Asociación Avícola y del Huevo de Estados Unidos.
Una de las tareas más difíciles de criar reproductores pesados es controlar la ganancia de peso en la caseta de crianza sin someterlos a un estrés excesivo, explican los autores. En ese lapso se desarrollan muchas partes del sistema reproductor de los machos y, si se descuida, este aspecto puede tener efectos permanentes en su desempeño reproductivo.
Hace años se pusieron en marcha los programas actuales de cría de machos en los que se les restringe la alimentación y estimula por medio de iluminación a las 21 semanas. Sin embargo, estos programas someten al macho en desarrollo a un mayor estrés, pues genéticamente son más avanzados que cualquier otra cosa que hayan manejado antes los criadores de reproductores pesados.
La restricción alimentaria es un área que está recibiendo atención en lo que respecta al bienestar animal. Por ende, en este estudio los machos se criaron dentro de varios programas de manejo que daban como resultado un peso corporal objetivo (3.06 kg) a las 24 (T1), 21 (T2), 18 (T3), 15 (T4) y 12 (T5) semanas de edad.
Se analizaron los efectos tanto a corto como a largo plazo de la producción temprana de semen y sus efectos en las características reproductivas a lo largo de la vida normal de un reproductor pesado. Las características medidas incluyeron tamaño y crecimiento de los testículos, volumen de semen y conteo de espermatozoides. También se observó la conducta de apareamiento para determinar si la iluminación temprana tenía algún efecto negativo.
El desarrollo testicular fue más rápido en los machos de mayor edad (T1 y T2) que en los más jóvenes. No obstante, cuatro semanas después del régimen de iluminación, los machos más jóvenes habían alcanzado el mismo desarrollo testicular con excepción de los machos T4.
La recolección de semen se inició cuatro semanas después del régimen de iluminación y continuó durante 41 semanas. Los machos T3 registraron un volumen de esperma considerablemente mayor que los otros grupos y los T5 tuvieron el menor volumen de semen. Además, los machos T3 también lograron la mayor concentración de esperma seguidos por los T2, T1, T4 y T5. La concentración de esperma fue notablemente mayor en los machos de los grupos T3 y T2 que en los de los grupos T4 y T5.
En términos generales, todos los grupos siguieron una tendencia similar en la conducta de apareamiento a medida que avanzaba la edad de los machos; el nivel máximo de actividad de apareamiento ocurrió entre las 28 y las 32 semanas de edad. Los machos T4 tuvieron un número considerablemente menor de apareamientos exitosos que los T1 y T3, y los machos más jóvenes cacareaban, aleteaban y esponjaban las plumas de su cuello menos que los machos más viejos.
La mayor vida fértil en la parvada correspondió a los machos T1 (93.3 por ciento), seguidos por los T2 (91.4 por ciento), T3 (90.7 por ciento), T5 (86.9 por ciento) y T4 (77.9 por ciento), es decir, los machos T4 fueron considerablemente menos fértiles.
Los resultados indican que exponer a los machos a luz artificial a las 18 semanas de edad puede ayudar a disminuir el estrés de la crianza sin causar efectos negativos en la reproducción, concluyeron Bramwell y los coautores, quienes añadieron que esta práctica reducirá los costos de alimentación y el tiempo para que los machos alcancen la madurez sexual.
Noviembre 2010