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Actualidades en el control de Gumboro: uso de la vacunas vectorizadas - perspectivas

17 October 2016

Boehringer Ingelheim
Merial forma parte ahora de Boehringer Ingelheim

La única estrategia para el control de la enfermedad de Gumboro es la combinación de las medidas de bioseguridad y la aplicación de vacunas.

Artículo de Francisco J. Rojo, Rafael J Fernández, Francisco Perozo, e Irma Reyes, Merial, EUA

Desde que fue reportada en 1962, la enfermedad de Gumboro se ha constituido en un problema para la avicultura comercial. Se presenta en forma clínica con mortalidad variable, ocasionados por cepas clásicas (tradicionales y muy virulentas (vvIBD), así como de forma subclínica donde se describen los subtipos o cepas “variantes”.

La única estrategia para el control de la enfermedad de Gumboro es la combinación de las medidas de bioseguridad y la aplicación de vacunas. Existen en el mercado diferentes tipos de vacunas que se utilizan en diferentes programas de vacunación en todo tipo de aves comerciales, donde la estrategia varía de acuerdo con las empresas, el desafío de campo y la función zootécnica de las aves.

Vacunas vivas

Las vacunas tradicionales de Gumboro generalmente se clasifican por su capacidad de replicación en el órgano blanco (la bolsa de Fabricio o bursa) en:

• Vacunas suaves tendrán una multiplicación mínima, así mismo su capacidad de causar daño en el tejido es muy poco;

• Intermedias, en esta categoría existe una amplia variedad de cepas que difieren significativamente entre sí en su capacidad de replicación y el grado de lesión en el tejido linfoide;

• Intermedias Plus, que ocasionan una lesión importante debido al grado de replicación en todo el tejido de la bursa.

El dilema entre seguridad y eficacia

Los linfocitos B activos de la bolsa de Fabricio son las células blanco para la replicación del virus de Gumboro, por lo que el uso de vacunas vivas lesiona (al momento de su replicación) y puede provocar la atrofia del tejido linfoide.

La respuesta humoral activa se correlaciona con la incidencia de lesiones en la bolsa, donde a mayor virulencia de la cepa, la respuesta será más eficiente en inducir niveles de anticuerpos más rápido y más elevados mediante la prueba de ELISA.

Con todo esto, es muy importante la elección correcta de la vacuna (cepa) con el objeto de no lesionar la bolsa de Fabricio, evitando así ocasionar un problema de inmunosupresión por la vacuna.

Vacunas de complejo inmune

A partir de los años 90, existen en el mercado las vacunas de complejo antígeno-anticuerpo o también llamadas de inmuno complejo, que consisten de una cepa Intermedia Plus combinada con suero hiper-inmune para formar el complejo. La función del suero hiper-inmune, consiste en retrasar la replicación del virus vacunal.

Estas vacunas dependerán tanto de la cantidad de suero hiper-inmune como de los niveles de anticuerpos maternos para su funcionamiento. Sin embargo, por el tipo de virus que utilizan estas vacunas debemos esperar una lesión importante en la bolsa de Fabricio con consecuencias en el sistema inmunológico de las aves.

Vacunas vectorizadas

Las vacunas de nueva tecnología o vacunas vectorizadas, cuentan con un mecanismo de acción totalmente diferente a las vacunas tradicionales a virus vivo. Las vacunas vectorizadas se caracterizan por utilizar un virus (vector) para llevar únicamente la información genética necesaria (inserto) para inmunizar contra otra enfermedad.

Desde hace 10 años, se encuentra comercialmente disponible una vacuna vectorizada utilizando el virus de HVT de Marek que lleva el inserto de la proteína viral 2 (VP2) del virus de Gumboro, logrando proteger contra ambas enfermedades sin lesionar ningún órgano o tejido del sistema inmunológico de las aves.

El uso de este tipo de vacunas dentro del programa de vacunación permite al productor inmunizar sus aves contra Gumboro con 1 sola dosis sin importar el tipo de ave o función zootécnica.

El resultado de esta vacuna en el mercado a nivel mundial, es el control eficiente que ha mostrado en la protección ante ambas enfermedades de Marek y Gumboro.

• Gumboro - Protección contra diferentes desafíos de cepas clásicas, variantes y/o muy virulentas de Gumboro sin importar si son pollos de engorde o ponedoras comerciales, o la región donde se encuentren. Su aplicación en la planta incubadora por vía subcutánea asegura que todas las aves serán inmunizadas adecuadamente.

• Enfermedad de Marek – la combinación con vacunas del serotipo 1 y/o 2 ha mostrado un excelente control en aves de ciclo largo (ponedoras comerciales y reproductoras) además de mejorar los índices y rendimiento del pollo de engorde en las plantas de proceso.

Vacunas inactivadas

Existen también en el mercado vacunas inactivadas de Gumboro, para los programas de inmunización de las reproductoras, que son fabricadas con una variedad de cepas vacunales. Los antígenos utilizados en la elaboración de las vacunas inactivadas pueden ser producidos en cultivo de tejidos (fibroblastos), en embrión de pollo, o bien en la bolsa de Fabricio.

A partir de la identificación de cepas variantes de Gumboro en el campo, la industria avícola se vio en la necesidad de mejorar la calidad de las vacunas y aumentar de inmunidad materna a la progenie. El uso de vacunas con antígenos producidos en bolsa de Fabricio, ofrece la oportunidad de lograr estos objetivos, ya que los virus se replicarán en el tejido de óptimo, la bursa de aves libres de patógenos específicos (SPF).

Programas de vacunación

El primer paso para el control de la enfermedad de Gumboro comienza con un buen programa de vacunación en las aves reproductoras. El o los objetivos de estos programas están enfocados a: proteger a las reproductoras contra la enfermedad y la transmisión de altos niveles de anticuerpos maternales neutralizantes a la progenie para su protección inicial.

El esquema general de los programas de vacunación para las reproductoras, normalmente utilizan: 2 a 3 dosis con diferentes tipos de vacuna vivas tradicionales, o bien la aplicación de la vacuna vectorizada HVT+IBD (en la incubadora), como “primo-vacunacion” o “priming” de la bolsa de Fabricio y los órganos linfoides en preparación para la aplicación de 1 ó 2 dosis de vacuna inactivada de Gumboro durante el periodo de levante.

Programas con vacunas vivas

Los programas de prevención contra la enfermedad de Gumboro mediante el uso de vacunas vivas deben considerar varios aspectos:

• Virus de campo – elegir una cepa homóloga al virus de campo para dar una mejor protección.

• Edad de aplicación – existen diferentes opiniones y teorías sobre la edad para vacunar a las aves dependiendo de los niveles de anticuerpos maternos.

• Tipo de vacunas – las vacunas elaboradas con cepas intermedias son las de mayor uso en la avicultura, y también son las que tienen mayor variabilidad en su tasa de replicación y reacción en la bolsa de Fabricio.

• Método de aplicación – tradicionalmente las vacunas de Gumboro se han aplicado en el agua de bebida, aunque existen reportes de vacunación por aspersión, y hay quienes prefieren la vía ocular para asegurar la dosificación de las aves en forma individual.

 

Foto de Shutterstock

Evaluación de los programas de vacunación contra Gumboro

Usualmente, la evaluación del programa se concentra en pruebas de serología. Esta evaluación puede aplicarse a las reproductoras, enfocándose en mantener los niveles de anticuerpos homogéneos durante el periodo de producción. Para las empresas avícolas modernas, totalmente integradas, la mejor manera de evaluar estos programas debe incluir:

• Perfiles inmunológicos que incluyen pruebas de serología e histopatología principalmente,

• Parámetros productivos en granjas y gasto de medicinas y tratamientos,

• Parámetros de planta de proceso o rastro como aves muertas a la llegada, decomisos, uniformidad, etc.

El control de la enfermedad de Gumboro es una parte estratégica de la empresa avícola moderna para evitar los problemas de inmunosupresión que afecten el rendimiento y la rentabilidad. Usualmente, la enfermedad de Gumboro no es un problema aislado, por lo que la evaluación de histopatología debe considerar todos los órganos linfoides, es decir bolsa de Fabricio, bazo, timo y médula ósea.

El objetivo es determinar que el sistema inmunológico del ave funciona a cabalidad y descartar la presencia de otras entidades inmunosupresoras tanto infecciosas (anemia infecciosa aviar – CAV-, enfermedad de Marek, reovirus, etc.) así como no infecciosas (micotoxinas, manejo, etc).

De igual forma se pueden tomar muestras de tejidos del tracto gastro-intestinal y evaluar la integridad intestinal. Es importante considerar en todo momento la relación entre las lesiones observadas y el comportamiento de las parvadas. Lo más importante en estos casos es determinar el significado de las lesiones presentes para los resultados de la operación avícola.

La limpieza y desinfección de las instalaciones constituyen un aspecto clave, no solo para el control de la enfermedad de Gumboro sino para la sanidad de la operación avícola en general.

La mejor oportunidad de éxito de cualquier programa de control de enfermedades se basa en interponer el tiempo más largo que se pueda entre la vacunación y contacto de las aves con el virus de campo (desafío). La mejor manera de alargar este intervalo vacunación-desafío es mediante la preparación de las instalaciones para recibir los pollitos en el ambiente más limpio posible.

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