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Innovación y biotecnología claves para competividad del maíz
07 August 2015ESPAÑA - Innovación, biotecnología y gestión sostenible de agua, fertilizantes y fitosanitarios son algunas de las herramientas al alcance del sector productor de maíz español para ser más competitivo y aumentar una producción, que tendría que duplicarse para poder satisfacer la demanda del mercado nacional.
El presidente de la Asociación General de Productores de Maíz de España (Agpme), José Luis Romeo Martín, ha señalado a Efeagro que, con una producción de 4.749.800 t, que apenas representa "entre el 8 y el 10% del total en la Unión Europea (UE) y un porcentaje ridículo si lo comparamos con las 400.000.000 t anuales de EUA", España necesita más que doblar dicha cifra para cubrir la demanda.
Por ello, es "imprescindible incrementar la producción de un modo que nos haga más competitivos dentro de nuestras fronteras y, a la vez, respete al máximo el medio ambiente".
Romeo Martín ha apuntado que los medios para conseguir ese objetivo pueden ser muy diversos, aunque en su opinión la tecnología y la ingeniería genética desempeñan conjuntamente un papel tan indispensable como complementario, reporta Agroinformación.
Hay que invertir en tecnología para lograr una mayor producción. Entre las opciones tecnológicas disponibles ha citado "los sistemas de posicionamiento global (GPS) para aplicar de manera más eficaz los productos fitosanitarios, las líneas de abonado localizado o las sondas que informan del grado de humedad del suelo a diferentes profundidades".
Cualquiera de estas posibilidades, "requieren de una elevada inversión en maquinaria, pero contribuyen a incrementar la producción y, cómo no, también la rentabilidad", ha destacado.
Por lo que se refiere al uso de la biotecnología, un informe del Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agro-biotecnológicas (Isaaa) apunta, en esta misma línea, que los cultivos transgénicos han conseguido elevar los beneficios de los agricultores un 68 %, gracias a un aumento de la producción del 22% y una disminución en el uso de pesticidas químicos de un 37 %.
En el caso del maíz, y a diferencia de lo que ocurre en otros países como EUA o Brasil donde está permitida la producción de diferentes variedades transgénicas, en la UE solo está autorizada la denominada "Bt", resistente a la plaga de taladro.
España es el primer productor comunitario, y en 2014 contabilizaba 131.537,67 hectáreas, según el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama).
Los transgénicos son la posibilidad de futuro pese al rechazo de la población. Frente a la desconfianza de un sector de la población hacia los Organismos Modificados Genéticamente (OMG), cifrados en un 61% en un estudio de la investigadora Laura Riesgo, publicado en el Spanish Journal of Agricultural Research, Romeo Martín aseguró que, los productores ven en ellos una posibilidad de futuro.
En ese sentido, afirmó que los agricultores reclaman a la UE la autorización que les permita plantar otras variedades de maíz transgénico, como el DroughtGard, con una elevada tolerancia al estrés hídrico, que podría funcionar en zonas con baja pluviometría.
Con ello, según el presidente de la Agpme, se conseguiría reducir el consumo de herbicidas, agua y fertilizantes, y a pesar de que la semillas transgénicas pueden ser "entre un 15 y un 20 % más caras" se incrementarían los beneficios en las explotaciones. El citado estudio de Laura Riesgo lo cifra en hasta 95 euros por hectárea, con respecto al cultivo de variedades convencionales.
Producir más con menos inputs, como fertilizantes o fitosanitarios, realizar una gestión sostenible del agua dadas las características climatológicas españolas y las posibilidades que aportan la innovación biotecnológica se conforman, por tanto, como herramientas de competitividad y futuro para el sector.
"Tenemos que ser más competitivos, pero también más ecológicos y sostenibles; eso se soluciona utilizando mejor las tecnologías disponibles", concluyó Romeo Martín.
Del equipo de redacción de ElSitioAvícola