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Combatiendo la laringotraqueitis en Latinoamérica
20 June 2014CUBA – La laringotraqueitis infecciosa es un problema en Latinoamérica, tanto en pollos como ponedoras. Los programas de vacunación presentan soluciones al problema, pero se tienen que manejar cuidadosamente, informa Chris Wright, editor principal de El Sitio Avícola, desde La Habana, Cuba, sede del XXIII Congreso Centroamericano y del Caribe de Avicultura.
Dos de las conferencias técnicas que se presentaron durante el Congreso se enfocaron en el control de la laringotraqueitis infecciosa (LTI) en pollo de engorde. Durante las conferencias se mencionó que la LTI es un problema en Centroamérica, así como todo Latinoamérica.
El Dr. Mario Lechuga de Ceva en México indicó que LTI se volvió un problema en pollos en México en 2005 con mortalidades variables del 5 al 20%. Indicó que hay dos linajes bien diferenciados del virus, ambos estrechamente relacionados con las cepas vacunales.
La LTI es una traqueítis catarral, que se convierte en traqueítis hemorrágica y los pollos mueren ahogados. La enfermedad afecta a los pollos grandes de 40 días de edad y no a pollos jóvenes.
El Dr. Lechuga indicó que la bioseguridad tiene que ser la base de prevenir la enfermedad. La vacunación también es importante, pero no se puede ignorar la bioseguridad.
Existen tres tipos de vacunas que se usan en México para tratar la laringotraqueitis infecciosa: CEO en base de embrión de pollo, TCO en base de cultivo de tejidos y vacunas vectorizadas. Cada vacuna tiene sus puntos fuertes y sus puntos no tan fuertes, indicó el Dr. Lechuga.
Indicó que hicieron tres pruebas de campo con diferentes vacunas. Él cree que las vacunas vectorizadas funcionan muy bien y deben usarse en el plan de control y erradicación de LTI.
Resultados sorprendentes
Estas pruebas produjeron unos resultados no esperados, que realmente no tenían nada que ver con las vacunas mismas.
En primer lugar, toda la literatura dice que se debe hacer una segunda vacunación de los pollos contra LTI, pero los resultados de las pruebas indicaron lo opuesto. Lo que se experimentó en los ensayos fue que el proceso mismo de revacunación causó más mortalidad que el virus de LTI.
Esto se comprobó con las parvadas que no se revacunaron, donde no hubo una alza en la mortalidad, mientras que en las parvadas revacunadas sí. Es el proceso de manipular los pollos para vacunarlos, que causa mortalidad. Si no se tiene que hacer, ¿por qué hacerlo?
En segundo lugar, aunque no es tan sorprendente, las parvadas que también tenían otras enfermedades presentes tuvieron los más altos niveles de mortalidad, aún si fueron vacunadas contra LTI. La combinación de LTI y otros patógenos como E. coli o enfermedad de Newcastle produjo más alta mortalidad.
El Dr. Lechuga subrayó, sin embargo, que sin la vacuna vectorizada de LTI, las mortalidades en esas parvadas hubieron sido mucho más altas.
Tres factores de control de LTI
El Dr. Ariel Vagnozzi, de INTA en Argentina, discutió las estrategias de control y prevención de la laringotraqueitis infecciosa. Solo hay un hospedador natural de LTI y ese es el gallo doméstico, o sea, los pollos y las gallinas. Subrayó que LTI solo se replica en el tracto respiratorio alto.
Observó que una que vez que se notan los signos clínicos -tos, estornudos, conjunctivitis y mucus con sangre- en algunos de los pollos, ya todas las aves de la parvada están infectadas, aunque no parezcan enfermas.
La mortalidad puede variar mucho en cada parvada, pero la morbilidad siempre es muy alta. Además este virus tiene latencia en los pollos y puede resurgir, aun cuando parece haber estado controlada.
El Dr. Vagnozzi hizo mucho énfasis en que un brote de LTI solo ocurre cuando hay tres factores presentes: factor de hospedador (aves), factor de ambiente y factor del agente etiológico. Si no están presentes los tres factores, no hay un brote.
Dado que no se puede controlar el agente etiológico, se debe enfocarse en los otros dos factores, las aves y el ambiente, para prevenir la enfermedad. El virus de LTI es un virus no muy resistente en el ambiente, es susceptible a la mayoría de los desinfectantes y se puede eliminar a través del compostaje de la cama por cinco días.
De todas formas, permanece en el ambiente debido a la latencia en las aves. Por eso se debe vacunar.
El Dr. Vagnozzi discutió las diferentes vacunas disponibles y subrayó que no existe una vacuna ideal. Sin embargo, debido a los problemas de latencia que resultan con el uso de la vacunas CEO, indicó que éstas realmente se deben dejar de usar en la vacunación rutinaria contra la laringotraqueitis infecciosa.