Últimas Noticias
Ratas inmunes al veneno como amenaza
01 November 2012REINO UNIDO - Según estudios recientes, Gran Bretaña se enfrenta a un grave problema medioambiental y de salud pública.
En los últimos años el número de
ratas "mutantes", inmunes a los venenos comerciales más comunes, ha
ido creciendo, reporta ProMed.
La causa de este problema es clara. Los venenos que se utilizan
habitualmente son, básicamente dos compuestos: bromadiolona y
difenacoum.
A pesar de que existen muchas substancias que pueden
utilizarse como raticidas, estas dos son las que se emplean de manera
casi exclusiva.
Como siempre ocurre en biología, los animales se han adaptado a ellas.
Los individuos que presentan una tolerancia a estos tóxicos y que son
capaces de sobrevivir a su consumo tienen una mayor tasa de
supervivencia.
Como viven más tiempo, también tienen mayores
posibilidades de reproducirse.
Y sus hijos heredan esta resistencia.
Los científicos ya han advertido sobre este asunto, y han hecho
hincapié en dos factores importantes.
Por una parte, en cuanto a salud
pública, han aconsejado que se empiecen a utilizar otros compuestos.
Los individuos que son resistentes a un determinado tipo de veneno no
suelen serlo a otros.
De esta manera, al cambiar de veneno se recupera
la efectividad de estos tratamientos.
Aún así, hay que tener otra variable en cuenta.
Si se cambia de
sustancia debido a un problema así, pero se continúa utilizando el
nuevo producto durante un periodo largo, empezará a darse el mismo
proceso.
Los genes que conceden la inmunidad frente a los venenos
actuales seguirán ahí, con lo que podrían existir individuos inmunes a
los antiguos venenos y a los nuevos.
El segundo factor está relacionado con la parte ambiental.
Estos
venenos se acumulan en los tejidos, tanto de los individuos que son
inmunes a ellos como en los que no.
A este proceso se le denomina
bioacumulación, y supone un grave problema para los depredadores de
estos roedores.
Al acumularse las sustancias tóxicas en los tejidos de los roedores,
estos pasan a sus depredadores cuando son cazados.
Los más comunes son
los gatos, pero también ocurre en diversas aves de presa, en su
mayoría especies protegidas.
A esto se suma otro factor más.
Como las personas encargadas de
aplicar los venenos ven que estos no funcionan, lo que hacen es
aumentar la dosis. Pero los animales inmunes lo son,
independientemente de cuánto coman.
De esta manera van acumulando cada
vez más veneno en sus tejidos, sin sufrir mayores consecuencias.
Los
que sí las sufren son aquellos que se alimentan de ellos, que reciben
una dosis mucho mayor.
En algunos casos, la diferencia en esa dosis
puede significar sobrevivir o no al veneno.
Hasta el momento se han analizado sólo una pequeña parte de las
comarcas británicas. Pero los expertos preven que, si no se empieza a
variar los raticidas y se establece un sistema de rotación de venenos,
en diez años sólo quedarán ratas inmunes.
Del equipo de redacción de ElSitioAvícola