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Avicultura de puesta en España: ¿hacia dónde se dirige?
17 March 2015El sector español produce unos mil millones de docenas de huevos al año y factura unos mil millones de euros. La adaptación a la Directiva Europea 1999/74/CE, que obligó a modificar las jaulas de las ponedoras en aras de su bienestar, supuso una gran inversión para el sector, que aún hoy sufre las consecuencias. Entrevista de Nuria Martínez Herráez, redactora de El Sitio Avícola.
El sector de avicultura de puesta español está formado por unas mil granjas de ponedoras, seiscientos centros de embalaje y 35 empresas de elaboración de ovoproductos. Los huevos se producen, envasan e industrializan en empresas que son pequeñas y medianas, de capital español, según datos de INPROVO.
Dentro de la Unión Europea, España aporta el 14% del total de la producción de huevos, solo superado por Francia e Italia. El censo de ponedoras comerciales asciende a unos 40 millones de gallinas, de las que un 97% se alojan en sistema de producción en jaula.
Las granjas de puesta son en su mayoría propietarias de los centros de embalaje que clasifican, envasan y comercializan el huevo. En las fábricas de ovoproductos se elabora aproximadamente un 15% de la producción española. Otro 15% se comercializa fuera, principalmente en el mercado comunitario.
El consumo de huevos asciende a 248 huevos por persona y año.
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Aseprhu e INPROVO, actores clave del sector del huevo español
La Asociación Española de Productores de Huevos (Aseprhu) agrupa empresas avícolas de puesta de toda España desde 1995. Representa y defiende ante organismos públicos y privados los intereses del sector avícola de puesta además de promover información sobre las características del huevo como alimento imprescindible en una dieta equilibrada.
También, ASEPRHU promueve, mediante su apoyo al Instituto de Estudios del Huevo, la investigación y divulgación en torno al huevo. Pertenece además, junto con otras asociaciones vinculadas al sector a la Organización Interprofesional del Huevo y sus Productos (INPROVO), que trabaja por la mejora del sector avícola de puesta español y la promoción de la calidad e imagen del huevo, entre otros objetivos.
INPROVO, como interprofesional constituida en 1998, supone un marco estable de trabajo conjunto de todas las asociaciones que la integran, constituyendo un lugar de encuentro y debate para la adopción de decisiones vinculantes sobre la regulación interna del sector en aspectos clave de su funcionamiento.
INPROVO realiza estudios sectoriales sobre sistemas de producción en el sector, factores que afectan a la comercialización del huevo, técnicas productivas, etc. Además, promueve campañas de promoción de la imagen del huevo que se han centrado principalmente en divulgar las propiedades de este alimento, que se han podido llevar a cabo gracias a la estrecha colaboración con expertos y profesionales que forman parte del Consejo Asesor del Instituto de Estudios del Huevo.
Su campaña más reciente, “El huevo, de etiqueta”, trata de hacer llegar a los consumidores los cambios que se han acometido en las normas que regulan el Modelo Europeo de Producción de modo que puedan conocer cómo las granjas y centros de embalaje producen y comercializan los huevos en la UE.
María del Mar Fernández, directora de Aseprhu e INPROVO, habló en entrevista para El Sitio Avícola sobre el futuro de este sector.
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Después de la adaptación de las jaulas de gallinas de ponedoras que se realizó hace unos años para mejorar el bienestar de las aves, con motivo de la entrada en vigor de la Directiva Europea 1999/74/CE, ¿cómo ha quedado el sector de huevos español?
Mª del Mar Fernández: La situación la tenemos que contemplar más desde el punto de vista europeo que español, porque España al fin y al cabo ha estado desarrollando la adaptación en paralelo al resto de la Unión Europea. Nos adaptamos en el 2012 y lo que ha quedado después ha sido un cambio significativo.
Ha habido muchas empresas que se quedaron en el camino y otras que han aprovechado para crecer y tomar una posición más potente en el sector. Eso quiere decir que ha habido una cierta reestructuración y, al mismo tiempo, el sector se ha colocado en una situación financiera complicada, porque no deja de ser un reto adaptar unas instalaciones que son muy costosas en el tiempo récord que lo hicimos. Además de afrontar una situación de mercado que ni estaba ni está en su mejor momento.
Aparte de la situación en España, hay que ver cómo ha quedado el resto de Europa. España era un gran exportador en la Unión Europea, después de Holanda, el más grande en importancia y, por ejemplo, Francia aumentó su producción de huevos de manera importante y se ha colocado como un nuevo exportador. Esto ha afectado al sector español porque ahora exportamos menos huevos a Francia y, además, menos huevos al resto de la Unión Europea puesto que Francia ha ocupado parte del espacio que teníamos en el mercado comunitario.
Holanda, que se ha alineado en sus regulaciones con Alemania, se ha “marginado”, en el mercado comunitario, porque Alemania tiene un equipamiento y un modelo de producción algo más caro que en el resto de Europa. Produce en una jaula mayor y con unas densidades menores que las de la norma comunitaria.
Ha sido un reajuste de todo el mercado intracomunitario de huevos. El balance en España: tenemos menos gallinas ahora (unos 38 millones, según los últimos datos del Ministerio), menos exportación a la Unión Europea, menos presencia en el mercado comunitario y una cierta inquietud porque no terminamos de ver un mercado comunitario que se reactive.
Y eso, es un problema para todo el sector: después de la reconversión, no poder recuperar las inversiones que se han realizado con un mercado algo más fluido y con mejores precios es, sin duda, un problema para todos.
¿Cuáles son los próximos retos en materia de bienestar animal que se prevé pueden afectar al sector avícola de puesta en Europa y, por ende, en España?
MMF: Hay dos puntos que de vez en cuando surgen en los debates, no tanto porque sean discusiones que se estén manteniendo en España sino en otros países comunitarios. Uno de ellos es el tema del recorte de picos.
El recorte de picos está en la normativa comunitaria como una opción que los países pueden aplicar a nivel nacional. Hay países que ya lo han prohibido y otros están estudiando su prohibición. Por lo tanto, está en la agenda. Eso quiere decir que en cualquier momento, puede revisarse la situación.
Otro tema, que surgió ya en la última reunión de la Comisión Internacional del Huevo (IEC, del inglés), era la gestión de los pollitos macho en las incubadoras.
Son dos asuntos que están ahora en estudio en algunos países comunitarios, y que van a ser parte inevitablemente de los debates de la Unión Europea, porque aquellos que hayan tomado ya una posición al respecto es casi seguro que lo llevarán a los ámbitos comunitarios.
¿Cuáles son los retos sanitarios principales para el sector avícola de puesta español? ¿Qué medidas hay en marcha para luchar contra ellos o se prevé realizar para evitarlos?
MMF: Creo que ahora mismo el que nos tiene más pendientes es la influenza aviar. Hemos hecho el trabajo que teníamos que hacer en materia de Salmonella, ahí creo que la evolución ha sido muy favorable y seguiremos trabajando con el control y la prevención pero ya sabemos qué medidas funcionan y cómo reducir la prevalencia. Sin embargo, la influenza aviar es una sorpresa cada año.
Cada año viene una nueva cepa del virus, cada año está recombinando una cepa en Asia, en países en los que generalmente van saliendo los primeros brotes…
Es más, creo que existe más incertidumbre a nivel mundial sobre la capacidad de controlarla en lugares que no son la Unión Europea o Estados Unidos y que quizá no tienen tantos medios.
Creo que es una preocupación que no va a dejar de estar presente mientras no seamos capaces de tener herramientas de prevención, lucha y garantía que hagan pensar que no vayamos a encontrar cepas muy agresivas o que sean zoonóticas y terminen afectando a humanos… Es una incertidumbre que tenemos y seguiremos teniendo en los próximos años. Es el desafío más importante en materia sanitaria.
A propósito de la influenza aviar, la cepa del virus H5N8 ha golpeado a varios países europeos en los últimos meses, ¿se teme que en España pueda llegar a afectar al sector o es pronto para temer un brote?
MMF: Nunca se puede mirar desde lejos a la influenza aviar, independientemente del histórico que tenga un país, de repente, puede darte un susto. Creo que la alerta la tenemos todos.
Hemos dado avisos, a través de nuestras comunicaciones con los socios, para extremar las medidas de bioseguridad y poner en marcha todos los sistemas de prevención. Sabemos que el Ministerio está pendiente de las zonas donde hay aves migratorias o concentraciones de aves salvajes. Estamos pendientes de ver si hay que poner alguna medida adicional.
También es verdad que en este caso, parte de las medidas de prevención están en mano de las Comunidades Autónomas y ellas deben evaluar en cada caso si tienen que tomar alguna medida más.
El Ministerio ya ha advertido dónde se encuentran sus protocolos y documentos de referencia y nosotros nos hemos encargado de avisar a los miembros del sector de que estén vigilantes y tomen todas las medidas de prevención necesarias porque no podemos fiarnos de que no va a llegar porque estemos lejos de los brotes.
Nadie puede dormir tranquilo sabiendo que la influenza está cerca y en Europa.
A finales de 2014, pudimos ver la puesta en marcha de la campaña “el huevo de etiqueta” que trata de acercar a los consumidores la correcta interpretación del código impreso en los huevos, entre otros aspectos. Hábleme de la campaña y sus objetivos.
MMF: En esta campaña tratamos de refrescar la información que se dio en la campaña que ya hicimos en 2005. En 2004, se implantó el código de marcado en el huevo y entonces teníamos que contarle a la gente que eso que aparecía ahora en los huevos no era nada raro sino que correspondía a la trazabilidad, que daba confianza al consumidor y se debía aceptar como algo normal en el huevo.
Ahora lo que queremos después de diez años, es decirles a los consumidores que el huevo está marcado, que el etiquetado también le ofrece información de interés pero, sobre todo, que el huevo europeo es un huevo que tiene bastantes más requisitos en producción, en comercialización, en seguridad alimentaria que el huevo que llega desde terceros países.
Queremos destacar que tenemos un modelo de producción enfocado al consumidor, que esté contento con los alimentos que se producen en la Unión Europea. Muchos consumidores no son conscientes de que estamos trabajando para ellos. Queríamos contar que en los diez años que han pasado desde que se implantó el código marcado en la cáscara hasta ahora, hemos tenido que aplicar varias normativas europeas, desde seguridad alimentaria hasta bienestar animal o medio ambiente, entre otras.
Queremos que el consumidor identifique ese modelo de producción con nuestro huevo marcado y con las informaciones del etiquetado. El huevo marcado no solo da garantías de trazabilidad y seguridad alimentaria sino que todo el modelo de producción es acorde con lo que el ciudadano espera de las producciones comunitarias. Eso distingue al huevo comunitario de los que vienen de terceros países.
INPROVO, debido a la legislación europea sobre promoción, no puede hablar del huevo como alimento en las campañas que realiza: ni de dieta, ni de nutrición, ni de ventajas para salud. Únicamente podemos hablar de la producción, el etiquetado y la trazabilidad. Esas limitaciones son las que tenemos en esta campaña.
Lo que sí que es cierto es que desde 1996 que se instituyó el Instituto de Estudios del Huevo, desde él, se ha podido promocionar el huevo como alimento (composición, manejo del huevo en la cocina, etc.).
Tenemos la esperanza de que ahora que ha cambiado la normativa europea permita en próximas campañas que los productores hablen de las cualidades nutricionales de los alimentos y podamos incluir esos aspectos de nutrición y consumo en futuras acciones.
¿Qué tendencia económica se observa en el precio de las cotizaciones de huevos y cómo está afectando a los productores españoles? ¿A qué se debe esa tendencia?
MMF: El análisis que hemos venido haciendo, nos deja un poco descorazonados: la realidad es que España sigue siendo un mercado de huevo barato. Eso es lo que reflejan las estadísticas comunitarias de los dos últimos años: estamos en el rango bajo de precios de la UE.
Sin embargo, no hay una percepción de que sea por exceso de producción. Quizá se ha juntado el efecto de la restructuración europea por la adaptación a la Directiva de bienestar con que en España ha habido una crisis de consumo muy grande. A pesar de que creo que el huevo es un alimento básico, al final nos ha afectado a todos: se gasta menos y también en comida, eso incluye al huevo.
Al mismo tiempo, nuestro mercado exterior hacia la UE también se ha visto resentido. Hemos tenido un año de precios bajos y de poca rentabilidad en el sector.
Que cambie o no dependerá de la evolución de los mercados y de las producciones en los países de nuestro entorno pero también de cómo mejore la situación económica española. Si España recupera una cierta bonanza económica, contribuirá a que mejore el consumo.
También tenemos pendiente la aplicación de la Ley de mejora del funcionamiento de la cadena alimentaria. Esperamos poder empezar a trabajar en ella durante este año. Los sectores primarios tienen una dificultad especial en trasladar a lo largo de la cadena el valor añadido y el huevo es un sector en el que es complicado hacerlo.
El Instituto de Estudios del Huevo lleva años luchando por desmitificar el huevo y ciertos mitos asociados a él, como el del colesterol. ¿Se han visto avances en este aspecto? ¿Cree que las acciones que han desarrollado van beneficiando su imagen?
MMF: Creo que el Instituto es una de las iniciativas más fructíferas, que en su momento el sector impulsó de la mano de expertos y aliados relacionados con el sector. El reto que había era grande: conseguir que se dejara de ver el huevo como un alimento peligroso, que había que restringir y lograr que se vea como lo que es: un alimento con muchas virtudes y cualidades y que cualquiera puede consumir normalmente, a cualquier edad.
Ha sido clave para el cambio de imagen del huevo en España. De hecho, casi todo el mundo ya ha escuchado que es un alimento sano. No solo el consumidor de a pie sino que hemos conseguido que también esa percepción la tengan los médicos nutricionistas, los cardiólogos, etc. Hemos conseguido también que los medios de comunicación difundan esa imagen del huevo.
Además, hemos generado materiales e información que han trascendido el ámbito español. El Instituto es ahora una referencia para muchas asociaciones sectoriales en Latinoamérica, hay incluso alguna asociación europea que nos ha preguntado cómo trabajamos.
Creo que podemos estar muy satisfechos como sector de habernos dotado de una herramienta en la que quien habla es el experto y, además, contar con expertos que compartían con nosotros esa idea de que el huevo estaba maltratado en la opinión pública, los medios y entre el personal sanitario.
Podemos dar por conseguido haber cambiado esa imagen, aunque seguiremos trabajando en ello con más materiales y acciones, pero el primer objetivo ya se ha logrado: cambiar esa percepción. Ha sido fruto del buen trabajo y todo un éxito.
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Marzo 2015
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