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Mortalidad de ponedoras según el sistema de alojamiento
05 April 2013Según David Burch de Octagon Services (Reino Unido), el sistema de producción no es necesariamente una buena guía sobre el bienestar de las ponedoras: sea cual sea el sistema un buen manejo es esencial.
Un excelente artículo en Veterinary Record de Weeks y otros (2012) revisó los niveles de mortalidad en gallinas ponedoras comerciales durante el período de puesta según los diferentes sistemas de alojamiento. David Burch, es un veterinario y asesor que ofrece su opinión acerca de ese artículo en una columna publicada en esa misma revista científica.
Prosiguió diciendo que el artículo demostró que la mortalidad en las gallinas era más alta en las parvadas camperas (free range) y orgánicas, seguidas muy de cerca por las criadas en piso y casi el doble que aquellas que estaban alojadas en jaulas. ¿Tenemos una evaluación correcta de lo que es adecuado en términos de bienestar?
La mortalidad de las gallinas en jaulas, en un período de puesta de 52 semanas estaba alrededor del 5,39% mientras que la mortalidad en gallinas camperas estaba alrdedor del 9,52%, un 77% más alta. La variabilidad en la mortalidad de la parvada o la desviación estándar (ds) también era más alta, las gallinas en jaulas estaban en el 3,05% y las camperas en el 7,41% por ciento, un aumento del 143%.
Esto no debería sorprender mucho porque las razones que hicieron que se metiera en jaulas a las gallinas fue , en primer lugar, facilitar la intensificación de la producción pero también evitar a las gallinas el contacto directo entre sus picos y las heces. El terreno donde están las aves enfermas puede infectarse por una gran variedad de bacterias, como la Salmonella, Clostridium y las de la especie Brachyspira, protozoos como la especie Eimeria y huevos de helmintos.
Enfermedad en gallinas camperas
"Las gallinas camperas son propensas a beber de charcos que pueden estar contaminados", continúa el Burch, "lo que ayuda a transmitir las enfermedades".
En Reino Unido, un estudio reciente (Burch y otros, 2009) indica que las parvadas camperas desarrollaron infecciones por Brachyspira, la causante de la espiroquetosis intestinal aviar, a una edad tan temprana como son las 22 semanas de edad, poco después de la puesta a las 20 semanas de edad. Las parvadas en jaulas se infectaron mucho más tarde por Brachyspira, a las 36 semanas de edad. Además, estadísticamente, las parvadas camperas se asociaron mucho con rendimientos bajos (menos de 285 huevos por gallina alojada) en comparación con las parvadas en jaulas.
De manera interesante, las parvadas orgánicas tuvieron una mortalidad y una variación ds algo más bajas en comparación con las parvadas camperas. Este hecho podría reflejar una parvada más pequeña o, con optimismo, una mejor gestión del campo y una densidad de aves más baja.
Sorprendentemente, las gallinas alojadas en piso mostraron una mortalidad bastante alta en comparación con las en jaulas (59%) pero tuvieron la variación de mortalidad más grande de todas. Algunos países, como por ejemplo, Holanda, han adoptado esta forma de producción como un reemplazo fundamental para la producción en jaulas.
Desde que entrara en vigor la prohibición del uso de las jaulas tradicionales en la UE en enero de 2012, se ha producido un cambio a jaulas enriquecidas o sistemas de colonia, en los que hay grupos de alojamiento de unas 60 gallinas que contienen perchas, áreas de puesta y áreas para escarbar. En el artículo de Weeks et al (2012), solo 16 de los 375 sistemas de jaulas usaban el nuevo sistema y no se informó de ellos aparte.
Los comentarios de colegas que trabajan en el campo (Peter Cargill, Richard Turner, Claire Knott, comunicación personal) describieron la tasa de mortalidad como una tasa similar al antiguo sistema de jaulas pero con una variación mayor.
Aunque se dijo que las parvadas estaban más tranquilas, puede haber brotes de canibalismo. Infecciones como la micoplasmosis y, secundariamente, las producidas por la bacteria Escherichia coli, parecen propagarse por la colonia más rápidamente y con más gravedad si se produce un brote. De otro modo, el sistema está funcionando bien y las aves tienen un buen plumaje, una buena condición corporal y mejor salud, lo que ayudara a reducir la mortalidad en el transporte, como muestran Weeks et al (2012).
“No todas las parvadas camperas son malas”, concluye Burch. Todos los sistemas, si se manejan bien y se mantienen libres de enfermedades, pueden tener un nivel bajo de mortalidad. Sin embargo, aquellos sistemas que cuentan con acceso al aire libre tienen dificultades de manejo añadidas, como el tiempo, los depredadores, la falta de bioseguridad y el contacto directo con materiales fecales, lo que hace aún mayores y más necesarias las responsabilidades implicadas en el manejo, si de verdad se quiere que se vean como más respetuosos con el bienestar.
Referencia
Burch, D.G.S., 2012. Laying hen mortality by system – a welfare guide? Veterinary Record, 171:649-650. doi:10.1136/vr.e8582
Abril 2013