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Amenazas para la integridad intestinal de las aves
01 November 2012La salud de las aves es siempre una de las grandes preocupaciones de los avicultores. No importa la experiencia que se tenga en la industria ni el lugar del mundo en el que se críen las aves: la salud ha sido, es y será uno de los principales desafíos para el sector avícola, escribe Nuria Martínez Herráez, editora de El Sitio Avícola.
Luis Canseco, veterinario avícola asesor en Elanco, ofreció un análisis sobre la integridad intestinal de los pollos de engorde durante la Poultry Meat Conference 2012, (Conferencia sobre Carne Aviar) celebrada en Warwickshire (Reino Unido) el pasado 18 de septiembre.
Pero, ¿qué es la integridad intestinal?
Según Canseco, “es la salud intestinal que permite que los pollos de engorde alcancen el máximo rendimiento con el mínimo coste. La principal amenaza para ella es la combinación de dos de las enfermedades más importantes que afectan a la producción de pollos de engorde por todo el mundo: la coccidiosis y la enteritis bacteriana”.
Según la tercera edición del manual Merck de veterinaria, la coccidiosis es “una enfermedad parasitaria causada por protozoarios de una o más especies de coccidias”.
De forma más simplificada, la coccidiosis es una enfermedad provocada por distintas especies de parásitos (coccidias) que necesitan un huésped (el animal que infectan) para sobrevivir.
Foto cortesía de Luis Canseco
Cuando se multiplican en el intestino de las aves, las coccidias destruyen los tejidos y dan como resultado una absorción de nutrientes muy pobre, una reducción en la ganancia de peso y una reducción de la conversión alimenticia.
La enfermedad está presente en todo el mundo, es decir, se puede manifestar en cualquier lugar en el que se críen pollos.
Por otro lado, la enteritis bacteriana es una enfermedad que se da a raíz de cambios en la microflora bacteriana que tienen como resultado un exceso de moco intestinal, contenido acuoso y que terminan en camas mojadas en la granja avícola.
Importancia de la coccidiosis
La importancia de la integridad intestinal en la producción de pollos de engorde es indudable: las coccidias están presentes en cualquier parte del mundo (sus ooquistes son muy resistentes en el ambiente) y se transmiten con mucha facilidad entre los pollos por su ingestión en la cama.
“Solo en el Reino Unido, se estima que la coccidiosis y la enteritis bacteriana cuestan a la industria avícola 90 millones de libras al año, es decir, 10 peniques (16 centavos de dólar estadounidense) por ave (900 millones de ave/año)”, explicaba Canseco.
Según explicó Canseco, las coccidias que afectan a los pollos de engorde son tres:
- E. acervulina
- E. maxima
- E.tenella
Hay otras coccidias que afectan a otras aves, como los pavos o los patos. Es decir, las coccidias que afectan a los pollos de engorde no serán las mismas que infectarán a los patos o los pavos aunque éstos si pueden padecer coccidiosis, provocada por otras coccidias distintas.
Las lesiones que produce la coccidiosis en el intestino de los pollos son diferentes según la coccidia que haya infectado al ave.
De este modo, E. acervulina afecta al duodeno mientras que la E.maxima afecta al yeyuno. La E. tenella, la más conocida por los avicultores por la presencia de sangre en las heces, afecta a los ciegos intestinales.
Foto cortesía de Luis Canseco
Pero, ¿presentan los pollos algún síntoma que pueda hacer saber a los avicultores lo que está pasando?
Según Canseco, E. acervulina y E. maxima solo se detectan a través de la necropsia de los pollos y, de este modo, se ven las lesiones. En el caso de la E. tenella, los avicultores pueden encontrar heces con sangre fácilmente en las camas de la granja.
Todas ellas pueden hacer que los pollos estén menos gordos o más débiles pero esto no es significativo para los productores porque son síntomas que muchas enfermedades pueden provocar.
Es decir, cuando se producen las lesiones en las aves por la coccidiosis, ya es demasiado tarde para poner remedio porque el daño ya está hecho en el intestino de los pollos de engorde.
Control de coccidiosis
Por lo tanto, la mejor forma de controlar la enfermedad es siempre la prevención.
Canseco explicó a la audiencia que el control de la enfermedad se consigue a través del empleo de todas las herramientas al alcance del avicultor: el entorno, el sistema inmunitario y los anticoccidales. De hecho, los tres son necesarios y si uno solo de ellos falla, es más que probable que los productores se enfrenten a casos de coccidiosis en sus parvadas.
¿Cómo pueden entonces los productores mejorar estos elementos y enfrentar así el reto que supone la mejora de la integridad intestinal en sus parvadas?
Canseco explica que la mejor forma de mejorar la integridad intestinal es a través del uso continuo de ionóforos anticcodiales en los alimentos balanceados de los que se alimentan las aves. Estos anticocciales son la forma de controlar la coccidiosis en Europa (la Comisión Europea los clasifica, dentro de las diferentes categorías de productos veterinarios, como aditivos zootécnicos).
Los ionóforos son una clase de anticoccidiales que, después de haberse usado de manera continua durante más de 40 años, siguen siendo efectivos en la industria del pollo.
Por otro lado, según indica Canseco, los otros dos elementos fundamentales en el control de la coccidiosis se tienen que mantener también bajo control. Por ejemplo, un buen programa de vacunación contra la bronquitis infecciosa y contra la enfermedad de Gumboro mejorar el sistema inmunitario de las aves mientras que buenas prácticas de ventilación o un buen manejo de los comederos y los bebederos en la granja mejoran el entorno en el que viven las aves.
Foto cortesía de Luis Canseco
¿Cuándo se manifiestan las coccidias?
Las coccidias también se manifiestan en distintos momentos de la vida de los pollos.
Según los datos de la UK HTS en el período 2000-2012, que muestra el porcentaje de aves afectadas por cada una de las coccidias en ese período en el Reino Unido, el pico más alto de lesiones se produce:
- Entre los días 21 y 24 de edad, para E.acervulina.
- Entre los días 28 y 30 de edad, para E. maxima y E.tenella.
En el caso de la enteritis bacteriana, los datos recogidos muestran que se da en pollos con más de 28 días y hasta que se les envía a las plantas de procesamiento.
Estos datos muestran la necesidad de mantener el control de la integridad intestinal hasta el final de la fase de engorde de los pollos. Si los avicultores retiran la protección contra la coccidiosis en los últimos días del ciclo, aún esto puede representar grandes pérdidas económicas.
“Hoy en día es posible mantener la protección hasta que los pollos se transportan a las plantas de procesamiento gracias a los anticoccidiales sin período de retirada, que están aprobados por las autoridades reguladoras”, explica Canseco.
Para terminar su intervención, Luis Canseco explicó que, a pesar de la creencia general, la enfermedad se manifiesta con más frecuencia durante el verano que durante el invierno. Sin embargo, aún se desconoce la causa que da explicación a este fenómeno.
Se están barajando algunas hipótesis en la actualidad para dar explicación a este fenómeno. Por ejemplo, una de ellas, sería que la rotación del programa anticoccidial pueda cambiar la dinámica de la población de coccidias en la granja y esto favorezca que haya más lesiones. Esta afirmación se basa en la experiencia de Elanco en la industria del broiler en el Reino Unido pero aún no se ha dado con la causa que provoca este fenómeno.
“Por ello, la estabilidad en el programa anticoccidial es muy importante para un buen control de la enfermedad”.
Según Luis Canseco, desafortunadamente no es posible acabar con la coccidiosis. “Si los pollos están expuestos a las coccidias, la coccidiosis se replicara en el animal”.
Noviembre 2012