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Efecto de los aminoácidos dietarios en el desempeño de las reproductoras pesadas
14 December 2010La nutrición de la reproductora pesada muchas veces es evaluada en términos de cantidad de huevos producidos y eclosión de los recién nacidos, sin tomar en cuenta el comportamiento productivo del pollo de engorde. Es muy complejo separar la nutrición de la reproductora de la nutrición del embrión, indican Leonel Mejía y Alejandro Corzo, Universidad del Estado de Mississippi, EUA. Se presentó esta conferencia durante el XXI Congreso Centroamericano y del Caribe de Avicultura, celebrado en San José, Costa Rica en junio 2010.
La industria avícola durante los últimos 20 años ha logrado grandes avances genéticos al incrementar la tasa de crecimiento y reducir la conversión alimenticia (Poole, 2003) y la edad de sacrificio de los pollos de engorde (Havenstein et al., 2003). Estos cambios genéticos, en conjunto con los cambios nutricionales y de manejo, y en combinación con la aplicación de la integración vertical han llevado al desarrollo de la industria avícola y su habilidad de producir carne de pollo a casi al mismo precio que en 1950 (Havenstein et al., 2003).
Sin embargo, el avance genético en las reproductoras ha sido más moderado durante los últimos años (Mateos y Piquer, 1994). Las investigaciones en reproductoras representan una inversión a largo plazo pues requieren un periodo de tiempo mayor en comparación con la investigación del pollo de engorde, además una atención meticulosa por parte del investigador. La selección genética realizada en las reproductoras pesadas se ha basado en la producción de huevos, madurez sexual, fertilidad, tamaño de huevo, resistencia al calor, viabilidad (Hardiman, 1999), calidad de cáscara, y la sobrevivencia del pollito (Menocal et al., 2003).
La nutrición de la reproductora pesada muchas veces es evaluada en términos de cantidad de huevos producidos y eclosión de los recién nacidos, sin tomar en cuenta el comportamiento productivo del pollo de engorde (Leeson, 2005) o la fertilidad de los huevos. La integración vertical en la industria avícola ha incrementado la importancia de las características productivas del pollo de engorde debido al gran impacto que tienen en la economía de la industria.
No obstante, es muy complejo separar la nutrición de la reproductora de la nutrición del embrión. El perfil nutricional de la madre obviamente tiene mucha influencia en las reservas nutricionales del embrión.
Los estudios nutricionales en reproductoras pesadas se han basado principalmente en retardar la madurez sexual (Romero et al., 2009), fotoperiodo durante la cría y periodo de postura (Lewis et al., 2010) restricción de alimento en la etapa de crecimiento (Waldroup et al., 1976), programas de alimentación (de Beer et al., 2007) y la influencia de la ingestión de proteína (Walsh y Brake, 1999; Brake et al., 1985) y energía (Romero et al., 2009; Enting et al., 2007) en los parámetros productivos.
Muy poca información existe en cuanto a los requerimientos de aminoácidos durante la etapa de postura. Además, el efecto de los aminoácidos dietarios sobre la fertilidad de los huevos ha sido un tema de investigación muy poco estudiado.
El tema de la presente discusión se enfocara en el efecto de los aminoácidos dietarios, lisina y metionina sobre los parámetros productivos de las reproductoras pesadas y el efecto de estos mismos sobre la fertilidad de los huevos incubables.
Cuadro 1. Tendencia en pollos de engorde. Mejoras en productividad (Adaptado de Havenstein et al., 2003) | ||
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Año 1957 | Año 2001 | |
Peso a 56 días de edad (kg) | 0.809 | 3.946 |
Índice de conversión, g:g | 2.54 | 1.96 |
Tipos de dietas | Inicio y Crecimiento | Inicio, Crecimiento (2) y Finalizador |
Cuadro 2. Tendencia en reproductoras. Mejoras en número de pollitos por ave alojada (60 semanas de edad). (Adaptado de Mateos y Piquer, 1994; y Cobb, 2008) | ||
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Año | Número de Pollitos | |
1976 | 107 | |
1981 | 111 | |
1986 | 116 | |
1991 | 121 | |
2008 | 135 |
Requerimientos de lisina y metionina
Los requerimientos de aminoácidos en el ave incluyen dos componentes, el requerimiento para mantenimiento y para crecimiento. En el caso de la reproductora pesada, existe un tercer componente, el requerimiento de producción de huevos (Coon et al., 2006). Existe muy poca información disponible en cuanto a los requerimientos de energía y proteína durante las diferentes etapas de producción (pre-postura, pico de producción, post-pico).
Variabilidad entre las reproductoras, niveles de consumo, etapas y niveles de producción hacen que esta tarea se vuelva aun más compleja.
Pearson y Herron (1981) reportaron para consumos de 413 kcal de energía metabolizable (EM) y 19.5 g de proteína/ave/día valores máximos de producción de huevos. Mientras tanto, Spratt y Leeson (1987) reportaron para consumos de 385 kcal de EM y 19 g de proteína/ave/día niveles máximos de producción.
Es importante tomar en cuenta que Pearson y Herron (1981), utilizaron reproductoras en piso mientras que Spratt y Leeson (1987) emplearon reproductoras en jaula. Información más reciente por parte de las casas genéticas recomienda consumo diarios de 390 kcal de EM y 21.76 g de proteína/ave/día para reproductoras entre 23 y 40 semanas de edad en jaula (Cobb, 2008) y un consumo de 339 a 454 kcal de EM y 18.75 a 25.11 g de proteína/ave/día en reproductoras de la misma edad (Ross, 2007).
Existe limitada información sobre los requerimientos específicos de aminoácidos en reproductoras pesadas (López y Leeson, 1994). Lisina y metionina tienen gran efecto en la composición de la canal (Leclercq, 1998), especialmente en el desarrollo de la pechuga (Tesseraud et al., 1996).
Estos aminoácidos esenciales son de mucha importancia en las dietas para reproductoras pesadas ya que ayudan al crecimiento y desarrollo del ave y tienen mucha influencia en la producción, peso y masa del huevo (Harms y Ivey, 1992).
Waldroup et al. (1976) realizó un estudio utilizando reproductoras de 24 semanas de edad para determinar el consumo óptimo de proteína diaria para alcanzar el mejor desempeño durante la etapa de postura. El estudio concluyó que el nivel óptimo de consumo de proteína diaria es de 20 y 22 g de proteína/ave/día. Estos niveles de proteína contenían 866 y 1003 mg de lisina/ave/día y 340 y 360 mg de metionina/ave/día (totales), respectivamente.
Pearson y Herron (1981) recomendaron que el nivel óptimo de consumo diario de lisina fuera de 970 mg/ave/día y 19.5 g de proteína/ave/día.
Sin embargo, los resultados encontrados por Wilson y Harms (1984) determinaron que las reproductoras mostraron un mejor desempeño en cuanto a producción de huevos y peso individual de los huevos cuando las reproductoras consumieron 808 mg de lisina/ave/día y 18.6 g de proteína/ave/día. El nivel de lisina y proteína recomendado por Wilson y Harms (1984) es inferior al reportado por Pearson y Herron (1981).
Cuadro 3. Requerimientos de lisina y metionina para reproductoras pesadas. Datos de 1976-1994 | ||||
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Aminoácido | Waldroup (1976) | Pearson y Herron (1981) | Wilson y Harms (1984) | NRC (1994) |
mg/ave/día | ||||
Lisina | 866-1003 | 970 | 808 | 765 |
Metionina | 340-360 | N/A | N/A | 450 |
El estudio realizado por Soares et al. (1988) utilizó cuatro diferentes niveles de lisina total (790, 915, 1040 o 1165 mg de lisina/ave/día) en reproductoras pesadas de 45 a 60 semanas de edad. Los autores determinaron que el nivel de lisina óptimo para alcanzar el nivel más alto de producción de huevos fue de 1022 mg de lisina/ave/día. El consumo de lisina no tuvo ningún efecto sobre el peso final, fertilidad, eclosión o el peso de los pollitos al nacimiento.
Bowmaker y Gaus (1991) investigaron el efecto de los aminoácidos dietarios, lisina y metionina, en el desempeño de las reproductoras. Los autores reportan un bajo desempeño cuando estos aminoácidos se alimentan a niveles subóptimos en la dieta, siendo afectada más la producción que el peso de los huevos. Sin embargo, al alimentar niveles de 918 a 1272 mg de lisina total/ave/día y 335 a 524 mg de metionina total/ave/día resultaron en un mejor desempeño en producción de huevos.
Harms y Ivey (1992) utilizaron 640 reproductoras Arbor Acres de 40 semanas de edad para determinar el requerimiento de lisina. Las siete dietas experimentales contenían diferentes niveles de lisina total, entre 626 a 938 mg de lisina/ave/día por un periodo de ocho semanas.
Los resultados determinaron que los niveles óptimos de lisina total para la producción de huevos, peso y masa del huevo fueron de un consumo de 824, 806 y 819 mg de lisina/ave/día, respectivamente, siempre y cuando el consumo de proteína fuese mayor a 18.55 g/ave/día. Además, en el mismo estudio los autores concluyeron que las reproductoras tuvieron un desempeño aceptable con consumos de 170, 921, 605, 778, y 625 mg/ave/día de triptófano, arginina, treonina, valina, e isoleucina, respectivamente, con un consumo diario de proteína de 16.72 g.
En otro estudio realizado por Harms y Russell (1995a) se utilizaron reproductoras Arbor Acres de 32 semanas de edad para determinar el requerimiento de lisina y proteína. Las dietas consistían en niveles de lisina total entre 627 y 900 mg/ave/día y niveles de proteína cruda entre 8.90 y 11.46 %, respectivamente. Los autores determinaron que un consumo de 845 mg de lisina total/ave/día eran requeridos para alcanzar una máxima producción de huevos, masa y contenido del mismo.
Estos autores (1995b) también realizaron dos experimentos para determinar el requerimiento de metionina total en reproductoras Arbor Acres de 32 semanas de edad, donde se alimentaron diferentes niveles de metionina total por un periodo de ocho semanas. Concluyeron que el requerimiento del consumo de metionina total fue de 335 y 323 mg/ave/día respectivamente, para cada experimento. Estos niveles recomendados dependen del nivel de producción y el peso de los huevos, debido a que si estos son mayores, el requerimiento también incrementaría.
Fisher (1998) utilizando reproductoras Ross 308 determinó los requerimientos de aminoácidos durante los periodos de pico de producción (29 semanas), post-pico (31 semanas) y finalización (64 semanas). Los requerimientos de lisina total fueron de 1,121, 1,037 y 973 mg/ave/día y de metionina total de 474, 448 y 408 mg/ave/día para cada etapa, respectivamente.
En promedio, el requerimiento de lisina total fue de 893 mg/ave/día, el cual excede el requerimiento de 765 mg/ave/día establecido por el NRC (1994). Según el autor, esta diferencia se debe en parte a la incertidumbre relacionada con los requerimientos asumidos para el mantenimiento.
En un estudio más reciente, Coon et al. (2006) utilizó reproductoras Cobb 700 para determinar los requerimientos de aminoácidos. Los autores concluyeron que los requerimientos para mantenimiento, producción de huevo y cambios en el peso vivo del ave para lisina y metionina digestible fueron de 889 y 436 mg/ave/día. Estos resultados son similares en cuanto al nivel de lisina pero diferentes en el nivel de metionina recomendado por Fisher (1998).
Cuadro 4. Requerimientos de lisina y metionina para reproductoras pesadas. Datos de 1994-2008. | |||||
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Aminoácido | NRC (1994) | Fisher (1998) | Coon (2006) | Ross 308 (2007) | Cobb 500 (2008) |
mg/ave/día | |||||
Lisina | 765 | 893 | 889 | 950 | 895 |
Metionina | 450 | 372 | 436 | 460 | 420 |
Aminoácidos y fertilidad
Existe poca información que recomiende requerimientos específicos de aminoácidos sobre la fertilidad. Larbier (1973) demostró que los aminoácidos libres tienen un papel específico en el desarrollo del embrión, pero hasta que punto estas respuestas influyen en decisiones prácticas sigue sin determinarse. Los efectos que encontró demostraron que no existe evidencia de la necesidad de un requerimiento aparte del establecido para la producción de huevos.
La literatura reciente no concuerda con los resultados obtenidos por Larbier en 1973.
López y Leeson (1994) concluyeron que el nivel de proteína tenía un efecto sobre la fertilidad. Ellos atribuyen un efecto benéfico en dietas baja en proteína sobre el peso vivo del ave y por ende una mayor actividad sexual.
Sin embargo, Bilgili y Renden (1985) no observaron ninguna relación entre pesos vivos y baja fertilidad. Según López y Leeson (1994) la eclosión de huevos es usualmente normal en condiciones de baja fertilidad.
En el mismo estudio realizado por Coon et al. (2006), se encontró un efecto de ciertos aminoácidos sobre la fertilidad. Los requerimientos fueron determinados usando dietas experimentales en el cual un aminoácido específico fue alimentado en diferentes niveles, mientras los demás se mantuvieron a niveles constantes. Las reproductoras fueron inseminadas semanalmente con una dosis de 5 x 107 espermatozoides.
Los aminoácidos, lisina e isoleucina, causaron una reducción en fertilidad a medida que se incrementaron sus niveles dietarios. Sin embargo, los mecanismos específicos de este efecto aun no han sido establecidos. Una posible explicación establecida por los autores es que existe un cambio en el microambiente de los túbulos de almacenamiento de espermatozoides en las hembras.
Literatura Citada
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Diciembre 2010